Han sido cuatro años y medio en la Audiencia Nacional siendo el sustituto, pero de él todos han hablado y todos los días. Empezó desempolvando el caso Faisán, el chivatazo de la policía a ETA que Garzón le había dejado en el cajón. Ruz siguió investigando y llegó a imputar al director de la Policía de Rubalcaba, y aquel día Rubalcaba, en lugar de decir lo de siempre, le dio lecciones de derecho al juez.
La cosa acabó con el Consejo General del Poder Judicial quejándose. El PSOE se ha reconciliado con Ruz desde que en su despacho se instruyen las sombras del PP, y si hace falta se entra en la sede del PP con la Policía a registrar.
Hasta el punto de que para el líder del PSOE la sustitución de Ruz era un problema. Poco o nada tiene el PSOE que temer. Ruz no será el titular del juzgado número 5, pero seguirá de apoyo de su sustituto, que el concurso de méritos ha establecido que sea José de la Mata, nada sospechoso de ser afín al PP.
Ahora mismo es juez de la Audiencia Provincial de Madrid, tiene fama de "no casarse con nadie", aunque una vez si anduvo ahí; aceptó ser director general de modernización del exministro de Justicia Caamaño, y tiene buena relación con la presidenta andaluza, la socialista Susana Díaz.