Después de constatar la voluntad de Sánchez de reformar el Código Penal para rebajar las penas del delito de sedición, el PP ha suspendido la negociación para reformar el CGPJ. El discurso de Sánchez sobre los delitos de sedición o rebelión ha cambiado mucho desde el referéndum ilegal de octubre de 2017, al compás de la necesidad del apoyo de los nacionalistas catalanes para mantenerse en el Gobierno.
En octubre de 2017 se celebró el referéndum ilegal de autodeterminación de Cataluña, convocado por la Generalitat. En el primer aniversario del referéndum, Sánchez aseguró que estábamos, clarísimamente, ante un delito de rebelión. Es más, que creía que Bélgica, en donde se había refugiado algunos líderes del Proces, debía extraditarlos. En el debate electoral de noviembre de 2019, Sánchez propuso una reforma del Código Penal para que la convocatoria de un referéndum ilegal fuera considerada un delitoPero el discurso cambió cuando el PSOE ganó las elecciones y Sánchez tuvo que sumarlo todo, incluido el nacionalismo catalán, para poder gobernar. Y los nacionalistas comenzaron a usar la reforma del Código Penal como una espada de Damocles permanentemente suspendida sobre su cabeza.El cambio se materializó en la concesión del indulto a los nueve condenados por el proces en junio de 2021. Defendió que era la mejor decisión para Cataluña y el resto de España.
Ha culminado esta semana con la decisión del PP de suspender la negociación para renovar el CGPJ al constatar que Sánchez quiere rebajar las penas del delito de sedición que, entre otras cosas, supondría el indulto de facto de PuigdemontPara los populares es incongruente pactar el reforzamiento del Estado de Derecho, al tiempo que con otros partidos se pacta desprotegerlo.