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Tres médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Huelva han afirmado este miércoles en la sexta sesión del juicio de la muerte de la pequeña Mari Luz Cortés --la niña que murió en Huelva supuestamente a manos de Santiago y Rosa del Valle-- que la menor murió por "asfixia mecánica por sumersión".

En su declaración, uno de estos médicos forenses ha señalado que durante la autopsia encontraron un tipo dediatomeas --una especie de algas unicelulares microscópicas características del río Tinto y Odiel-- en la médula ósea de la pequeña, cuya presencia en el interior del cuerpo demuestra que la niña "respiró el agua y mediante el movimiento respiratorio, estas algas pasaron a la médula", por lo que determinaron que cuando entró en contacto con el agua, Mari Luz estaba con vida.

Por su parte, uno de los funcionarios del Instituto Nacional de Toxicología ha incidido en que "no existe la posibilidad de que estas diatomeas entren en un órgano cerrado, como es la médula ósea, si no es por la respiración", por lo que la persona tiene que estar viva para que se dé esta situación. Otro funcionario ha determinado que "no han podido ver si había lesiones en los órganos".

Los médicos forenses han datado la fecha de la muerte en un periodo "igual o superior a cuatro semanas" desde que encontraron el cuerpo el 7 de marzo de 2008, ya que en caso contrario no se hubiera producido el fenómeno de la saponificación, que tiene lugar cuando la grasa se convierte en glicerina, lo cual no hubiera ocurrido si hubiera pasado menos tiempo de esas cuatro semanas.

Estos doctores han descartado signos de agresión sexual en el cuerpo de la menor, aunque no "posibles tocamientos fugaces", ya que las contusiones que presenta son "compatibles con que una persona la hubiera agarrado". De igual forma, han calificado de poco probable que la niña fuera arrojada por una alcantarilla, ya que en este caso, según ha afirmado los facultativos, hubiera presentado hematomas por todo el cuerpo y la niña presentó contusiones en partes concretas.

Igualmente, han indicado que el golpe que presenta Mari Luz en la parte posterior derecha del cráneo "se podría haber traducido en una alteración en el nivel de conciencia", pero sin poder determinar el tiempo que pudo haber estado insconciente. No obstante, han asegurado que en el cuerpo no encontraron "un hallazgo traumático claro", aunque sí contusiones en el hemitorax izquierdo, en la muñeca derecha, en el codo derecho y en la rodilla derecha, pero "todas muy superficiales, sin sangrado y que no tienen relación causal con el fallecimiento de la menor".

Por otro lado, los médicos forenses que analizaron a los presuntos autores de la muerte de Mari Luz Cortés, Santiago y Rosa del Valle, cuando declararon en Huelva el 27 de marzo, han declarado en la sexta sesión del juicio que no apreciaron "signos de transtorno mental" en Santiago, a pesar de que éste cobra una paga por una minusvalía psíquica, así como que es "un manipulador, que intenta controlarlo todo".

Durante su declaración, ambas forenses han insistido en que el presunto autor de la muerte de la pequeña no presentó "ninguna alteración física ni psíquica" que impidiera su declaración judicial, a lo que añadieron que después de declarar, tras estar sometido a una situación de estrés, no encontraron en Del Valle síntomas de "trastorno psicótico".

Del mismo modo, afirmaron que Santiago "se sintió descolocado y se mostró sorprendido" por el hecho de que lo iban a mandar a prisión. Tras declarar Del Valle, según indicaron estas forenses, éste pidió un encuentro con el fiscal del caso, Alfredo Flores, y empezó a decir de él mismo que era "un enfermo y que estaba allí (detenido) por lo que le pasa con las niñas", a la par que reconoció que "se asomó a la ventana ese día (el 13 de enero) y que vio a Mari Luz".