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La tensión diplomática con Marruecos, derivada de las acusaciones que el pais vecino ha vertido contra la policía fronteriza española, parece haber amainado, despues de que ayer el Rey Don Juan Carlos intervinera personalmente ante el monarca alauita y obtenía de él un consenso para apaciguar el conflicto derivado de las acusaciones marroquíes de trato racista y vejatorio en la frontera de Melilla.

Los monarcas acordaban que todo ha sido un mal entendido, pero las provocaciones de sectores marroquíes continúan: Hoy han instalado en el lado marroquí de la frontera de Melilla esta pancarta, donde se ridiculiza a las agentes femeninas de nuestro país. Y ayer se difundían unas fotos de una pretendida agresión a un marroquí en la frontera, cuando en realidad correspondía a la detención de un ciudadano español con antecedentes por tráfico de drogas que fue identificado en el paso fronterizo

El presidente Zapatero había negado el día antes el deterioro de las relaciones. Hoy el presidente melillense lamenta la falta de contundencia del gobierno español. Así, el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, ha acusado al Gobierno de Marruecos de "magnificar" los incidentes ocurridos en la frontera con España buscando otros "intereses" y además ha lamentado la "falta de contundencia" para responder que a su juicio ha demostrado el Ejecutivo español.

MELILLA ACUSA DE MAGNIFICAR LOS INCIDENTES

"Los incidentes son bajísimos, pero se han magnificado", ha denunciado Imbroda apuntando directamente al Gobierno marroquí, a la vez que ha reconocido que espera que la tensión disminuya después de que el Rey Don Juan Carlos llamara al monarca alauí, Mohamed VI.

Según ha explicado, el origen de estas tensiones es obra de un grupo de alrededor de 20 ciudadanos marroquíes que "provocan" a la Policía española y la Guardia Civil en la frontera. Pero lo más grave, según ha criticado, es que las fuerzas de seguridad del país alauí les "permiten hacer estos desmanes" por los que cortan el tráfico en la frontera o boicotean los productos españoles.

En este contexto, el presidente de Melilla ha defendido la "ejemplar" actuación de las fuerzas de seguridad españolas y ha minimizado la importancia de los incidentes. "Lo demás es meterle una gran megafonía a esto --ha insistido--. Y presentarlo como un problema entre estados, cosa que no ha sido así".

Además, ha advertido de que el Gobierno español podría haber protestado ante las autoridades marroquíes también en numerosas ocasiones y no lo ha hecho, y ha puesto como ejemplo una "agresión" que sufrieron los representantes de las fuerzas de seguridad de Melilla cuando cruzaron al país vecino para una reunión de trabajo.

"Esto se está magnificando porque conviene a unos intereses que no entiendo yo ahora, esta espiral que no conduce a nada", ha reconocido.

Para Imbroda, al Gobierno español le ha faltado "contundencia" para responder a los incidentes que se estaban provocando en la frontera y pedir a Marruecos "cortar" con las provocaciones.

Ante estas declaraciones, el vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, ha pedido al presidente de Melilla, Juan José Imbroda (PP), "prudencia" en sus declaraciones sobre la relación bilateral entre España y Marruecos, que debe evitar usar "políticamente".

"El Gobierno sabe lo que tiene que hacer en Marruecos", le ha contestado Chaves, quien advierte una contradicción entre Imbroda y el Gobierno ceutí --también en manos del PP-- cuya portavoz, Yolanda Bel, expresó el miércoles su "confianza" en las gestiones del Ejecutivo español para aclarar la situación con Rabat, tras las reiteradas denuncias de racismo por parte del país vecino contra la Policía y la Guardia Civil españolas en la frontera.

BOICOT A LA ENTRADA DE PESCADO

No obstante, la situación no está aún estabilizada: el anunciado boicot a la entrada de pescado marroquí a la ciudad autónoma ha sido esta mañana un éxito. Así dos asociaciones marroquíes aseguraron que desde esta mañana se ha impedido la entrada de pescado, marisco, fruta y verduras a Melilla como medida de protesta por supuestos actos violentos de la policía española contra ciudadanos marroquíes.

El boicot, promovido por la Coordinadora de la Sociedad Civil en el Norte de Marruecos (CSCNM) y el Comité Nacional de la Liberación de Ceuta y Melilla (CNLCM), tiene también como objetivo reivindicar la pertenencia a Marruecos de esa ciudad autónoma española.

"Desde las cuatro de la mañana (misma hora GMT) ningún camión de pescado ni de verduras ha entrado en la ciudad ocupada", afirmó a Efe el coordinador de relaciones exteriores del CNLCM, Munaim Shauki, según el cual, el bloqueo "tendrá una duración de 24 horas".

El representante del Comité adelantó que las dos asociaciones prevén volver a impedir la entrada de pescado, marisco, fruta y verduras a Melilla desde el próximo miércoles hasta el sábado siguiente, mientras que desde el próximo lunes y durante los siguientes 15 días se bloqueará además la llegada de cemento y ladrillo.

La conversación telefónica mantenida ayer entre el monarca español, Juan Carlos I, y el marroquí, Mohamed VI, en la que según la agencia oficial MAP ambos "se mostraron de acuerdo en que los incidentes ocurridos estas últimas semanas no pueden en ningún caso perjudicar la calidad de las relaciones" bilaterales, no les ha hecho abandonar la protesta.

EL PP ACUSA AL GOBIERNO DE USAR AL REY COMO MINISTRO DE EXTERIORES

Por su parte. el vicesecretario general de Comunicación del PP, Esteban González Pons, ha acusado hoy al Gobierno de Rodríguez Zapatero de usar al Rey en los incidentes entre Marruecos y España "como su ministro de Asuntos Exteriores", agravando un asunto que "ya era bastante grave".

En declaraciones a Efe en Menorca, donde pasa unos días de vacaciones, González Pons ha afirmado que Zapatero "tiene un Gobierno que ya no le sirve, y al Gobierno tampoco le sirve Zapatero".

"No es exagerado decir que el Gobierno ha utilizado en los últimos días al Rey como su ministro de Asuntos Exteriores, agravando una situación que de por sí ya era bastante grave", ha añadido el dirigente popular.