Miles de personas han esperado durante horas guardando una cola de varios kilómetros en el Congreso para rendir un sentido homenaje en su capilla ardiente a Adolfo Suárez, primer presidente del Gobierno de la etapa democrática y artífice junto al Rey de la Transición española.
Pese a la fina lluvia que caía hoy sobre Madrid, un goteo incesante de ciudadanos se han ido acercado hasta el Palacio de la Carrera de San Jerónimo, escenario de algunos de los episodios más relevantes de la vida política del expresidente.
A escasos metros del hemiciclo, lugar en el que Suárez se enfrentó el 23F a los golpistas que intentaban acabar con la incipiente democracia española, yace el féretro con sus restos mortales.
Cada ciudadano que, después de la larga espera, ha ido pasando por el Salón de Pasos Perdidos le ha rendido homenaje a su manera, siempre en un ambiente de respetuoso silencio.
Unos se han parado ante el féretro y se han santiguado, los más han inclinado la cabeza como muestra de respeto, también ha habido quien le ha lanzado besos con la mano, o quien traía un ramo de flores, que se han sumado a las decenas de coronas funebres enviadas por todas las instituciones del Estado.
"Vamos a reconocerle ahora, después de muerto, lo que no se le ha querido reconocer en vida", contaba a Efe Macario, madrileño de 74 años, que ha aguantado la espera junto a su amigo Octavio que, como muchos otros, asegura que ha venido para rendir homenaje a la figura de Suárez, hacia el que tiene "mucha admiración y simpatía".
Como Isidoro, quien destaca que el expresidente Suárez "ha sido una persona entrañable" y añade que todos los españoles deben agradecerle su trabajo: "Más los que le conocimos, porque somos de esa época".
Entre otro grupo de mayores que ha acudido a las Cortes están Marisol y Pepita, dos hermanas asturianas que han llegado a las ocho de mañana, cuatro horas antes de que se abriera al público la capilla ardiente, y para quienes es "el único político, pasado, presente y futuro".
Ellas, además, tienen un mensaje para los periodistas que les preguntan: "Vosotros, que sois jóvenes, tenéis que luchar por la ética", una ética que se echa en falta, dice, en los políticos de ahora.
A lo largo de toda la jornada, el presidente del Congreso, Jesús Posada, ha ido recorriendo la larga fila que, en algunos momentos, ha llegado hasta las inmediaciones de la Puerta del Sol, para agradecer a los ciudadanos el gesto de cariño y el homenaje al expresidente.
"Me parece muy justo que muchos ciudadanos vengan a darle las gracias, porque realmente le deben lo que ha sido la España de estos últimos cuarenta años", ha añadido.
No solo quienes compartieron generación con Adolfo Suárez han acudido hoy al Congreso.
De hecho, los más madrugadores han sido dos jóvenes licenciados de Periodismo que durante la carrera hicieron un trabajo sobre la Transición y tenían la "espinita" de no haber podido entrevistar a Suárez, como sí pudieron hacer con otros protagonistas de aquellos años, como Manuel Fraga o Santiago Carrillo, ya fallecidos.
También, un vecino de Burgos, de 49 años, admite que, aunque Suárez no era de su generación, él ha crecido con la Transición, y creía que debía despedir a Suárez como se merece.
También incluso más jóvenes, como Alfonso y Marisa, de 18 y 19 años, originarios de Tenerife y que se encuentra en la capital estudiando.
Marisa afirma que ha venido "para darle las gracias por vivir en democracia y libertad" y señala que, "aunque solo era una persona", su figura es "el ejemplo y el modelo de político".
A pocos metros, Isabel, que ha venido desde Málaga, ha recordado a Suárez con mucha añoranza, como "un hombre íntegro", mientras que Pedro, acompañado de su hijo de tres años, ha opinado que Suárez era un "patriota" y que "tenía un concepto de España que muchos quisieran tener".
"Quiero que mi hijo aprenda de él porque luchó por todos los españoles. Es triste que se le reconozca ahora que ha muerto", ha dicho.
Un sentimiento compartido por la práctica unanimidad de los ciudadanos que, a pesar del día algo desapacible en Madrid, no han dudado en acudir al Congreso para decir adiós a su presidente.
Tal es el aluvión de personas que se han acercado al Palacio de la Carrera de San Jerónimo que el Congreso mantendrá abierta la capilla abierta durante toda la noche, antes de que los restos mortales de Suárez sean trasladados mañana a Ávila, donde recibirán sepultura