Ningún represente español, nadie del Gobierno, estuvo anoche en la reapertura de la catedral de Notre Dame. Se trataba, el del resurgir de algo más que un simple templo: un símbolo de la cultura y de la identidad cristiana europea. Un acto que acogió a 35 jefes de Estado, representantes de casas reales y también Donald Trump.
El Ministro de Cultura, invitado, declinó ir. Ernest Urtasun optó por acudir a un espectáculo circense en Ifema. Desde el ministerio afirman que se trataba de su agenda familiar.
El PP denuncia que es una vergüenza la ausencia de representantes del Gobierno español, país vecino, en un acto mundial. Para la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el ejecutivo prefiere aislar a nuestro país a reconocer la verdad, las raíces cristianas de Europa.
Las invitaciones se cursaron hace semanas con la condición de no ser delegables. También llegaron a la Zarzuela, pero la presencia de los reyes en actos oficiales está condicionada por el refrendo del gobierno.