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El PP vasco ha pedido al Gobierno que Coro pueda volver a votar en su casa. Es una de las exiliadas, una de las decenas de miles que han abandonado el País Vasco y Navarra por el acoso de ETA. Su padre, José Martínez Parens, tenía 32 años cuando fue asesinado. Llevaba trece viviendo en Markina, Vizcaya, donde trabajaba en una fábrica de armas. Era una persona abierta y querida, como demuestra que sus vecinos de Markina pararan masivamente para mostrar su repulsa por el atentado.

Antonio Basagoiti, ha trasladado a Mariano Rajoy su deseo de que puedan votar en su localidad de origen. Rajoy ha otorgado prioridad a este asunto, que pasa por una reforma de la Ley Electoral que podría estar lista para las elecciones vascas en marzo de 2013. En las pasadas elecciones, los partidos nacionalistas sumados lograron 608.045 votos, el 51.54%, y los partidos no nacionalistas 485.270 votos, el 41.13%. El número de exilados que podrían votar se calcula en una percha que va entre los 125.000 y 220.000.

Jaime Larrinaga fue el cura párroco de Maruri, en Vizcaya, durante 30 años. Siempre denunció, desde el púlpito y en la calle, la presión de ETA sobre sus vecinos. Protegido por escoltas pero no por las autoridades eclesiasticas, que le aconsejaron abandonar, Jaime dejó su pueblo en agosto de 2003. Puede que pronto, Jaime y Coro puedan volver a votar en su pueblo.