El diputado del PP en el Congreso, Ignacio Gil Lázaro, ha solicitado este miércoles la dimisión del ministro del Interior, Antonio Camacho, por el supuesto chivatazo a ETA de 2006, y el nuevo titular de la cartera ha replicado recalcando que nunca ha sido investigado en esa causa y reclamando al primer partido de la oposición que deje trabajar a la Justicia, censando en su "investigación paralela" y en la "causa general" que, desde su punto de vista, se ha abierto contra sus subordinados.
El cruce de acusaciones entre Camacho y Gil Lázaro, que se ha prolongado también en el debate que el ministro mantuvo inmediatamente después con el también diputado 'popular' Alfonso Alonso, fue el primero sobre el conocido como 'Caso Faisán' que el sucesor de Alfredo Pérez Rubalcaba en el ministerio del Interior protagonizaba con el PP en sede parlamentaria desde que ocupó su escaño en el banco azul.
"En términos políticos el señor Rubalcaba es la X del Faisán y usted es su acompañante necesario", le espetó Gil Lázaro al ministro, antes de incidir en que igual que primero intentaron desacreditarle a él por interrogar por este asunto al exministro del Interior, ahora quieren hacer lo propio con el juez Pablo Ruz, que investiga el caso en la Audiencia Nacional.
Gil Lázaro arrancó preguntado a Camacho si asumía todas las actuaciones de sus subordinados en el este tema, y el ministro contestó subrayando él "asume todas y cada un de las operaciones realizadas por la Policía y la Guardia Civil en el la lucha contra el terrorismo", incluida la mencionada por el diputado, al que recordó que se saldó con "la detención de 16 presuntos miembros o colaboradores" de ETA.
NO PUDO HACERLO SOLO
El también secretario tercero de la Mesa del Congreso, acusó a Camacho de "irse por los cerros de Ubeda" y, aunque admitió que serán los tribunales los que determinen las responsabilidades penales, le emplazó a asumir en su propia persona las de carácter político porque, desde su punto de vista, el procesamiento del ex director general de la Policía Víctor García Hidalgo "no puede quedar impune políticamente".
"Pedimos su dimisión por la gravedad de los hechos que se imputan a quien era su subordinado directo y porque es impensable que García Hidalgo ejecutara esa decisión por si mismo (avisar a terroristas de que iban a ser detenidos)".
Tras preguntarle si es cierto que la tarde anterior al chivatazo el entonces secretario general de información le informó de la operación que se iba a desarrollar, lamentó que Camacho se haya "sumado" a la "estela de la mentira" que desplegó Rubalcaba durante dos años en el Congreso cada vez que le interrogaba por este asunto.
RUBALCABA SE FUE 120 HORAS ANTES DEL AUTO
"Advertí a Rubalcaba que si se dictaban autos de procesamiento tendría que irse a su casa y reitero esa exigencia por mucho que el señor Rubalcaba se quitara de en medio y le endosara a usted la cartera 120 horas antes de conocerse la decisión del juez, por cierto dejándolo solo igual que hoy en este debate", enfatizó Gil Lázaro, subrayando que todo lo que ha mantenido durante los últimos dos años "coincide plenamente con el retrato incriminatorio" hecho por Ruz, pese a que el exvicepresidente lo tachara de "infamias".
Camacho recriminó al diputado que haya erigido en juez dictando "sentencia" y "condenando no sólo a los que están siendo investigados, sino a los que no lo han sido nunca" en este caso. Y justo después sacó a colación el 'caso de los trajes' en el que se ha procesado al presidente valenciano, Francisco Camps, recordando que el líder 'popular', Mariano Rajoy, seguiría apoyando al mandatario valenciano con independencia de lo que dijera la Justicia.
"Es una forma aceptable o al menos comprensible de entender la administración de Justicia cuando se trata de defender a compañeros de partido implicados en casos de corrupción, pero es absolutamente inaceptable cuando estamos hablando de la lucha contra el terrorismo", replicó Camacho, antes de solicitar al PP que espere a que finalice el procedimiento sobre el caso Faisán y que cese "la causa general abierta contra funcionarios de la Policía que, en definitiva lo que han acreditado, es una larga y acrisolada historia de lucha contra el terrorismo incluso jugándose su propia vida".