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El PSC ha dejado hoy claro que "no renunciará" a la consulta soberanista y ha confiado en que, si el PSOE gobierna en 2015, será "más probable" que se acabe convocando, pocos días después de las discrepancias evidenciadas en el Congreso entre socialistas catalanes y españoles sobre el derecho a decidir.

En una entrevista concedida a Efe, el portavoz del PSC en el Parlament, Maurici Lucena, se ha mostrado convencido de que "es muy difícil, con la conciencia nacional que existe en Cataluña y habiendo un 80 % de catalanes a favor de la consulta, que esta no se acabe celebrando a medio o largo plazo", aunque al mismo tiempo ve un "engaño masivo" que CiU y ERC digan que se celebrará en 2014 cuando "en privado" admiten que no será posible.

"¿Que llevará tiempo? Sí. Pero al final, en la vida, hay cosas que caen por su propio peso y ésta es una de ellas. Nosotros no renunciaremos a la celebración de una consulta", ha avisado.

Aunque ha admitido que "lo que haga el PSOE está por ver aún", ha sugerido que la consulta, "tal como se plantea mayoritariamente en Cataluña, con seguridad, es mucho más probable que se acabe celebrando con un Gobierno del PSOE (en 2015) que con uno del PP".

"Y ahora diré una cosa más atrevida -ha proseguido-. Creo que existiría en potencia la probabilidad de que el PSOE, si gobernara, acabase aceptando la celebración de una consulta, que ellos dijeran que en realidad no es el derecho a decidir, que simplemente es una consulta en la línea de las tesis de Francesc de Carreras".

Lucena se ha referido así a la reciente comparecencia del catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) quien en la comisión de estudio sobre el derecho a decidir del Parlament aseguró que es posible convocar una consulta en Cataluña mediante el artículo 92 de la Constitución, aunque únicamente con carácter consultivo.

"Yo, un razonamiento de este tipo en el PSOE, lo veo probable si gobernara, diciendo que no es derecho a decidir, que no es derecho de autodeterminación, lo que sería una salida política para resolver este conflicto. Eso lo veo totalmente factible", ha reiterado.

Precisamente, el pleno del Congreso aprobó esta semana una moción de UPyD, con los votos a favor del PP y del PSOE y la abstención del PSC, que proclamó que el "derecho a decidir" es de todo el pueblo español y que "bajo ningún concepto" una parte de la ciudadanía puede decidir sobre la organización territorial del Estado.

"Si el PSOE no lo quiere llamar derecho a decidir, qué le vamos a hacer, pero el PSC lo seguirá llamando así. Pero me parece -ha señalado Lucena-, por la presión que ahora existe en Cataluña, que se debe dar una salida política que pasa, inevitablemente, por una consulta al pueblo catalán".

Un referéndum cuya pregunta debe ser "clara y políticamente vinculante, y si es clara, debe ser inequívoca y no llevar a la confusión", pero incluyendo también, "sin duda", la posibilidad de optar por el modelo de reforma federal que defiende el PSC.

"En relación a las otras preguntas que se incluyan o cómo se define el resto de la pregunta, deben ser los independentistas los que propongan y luego ya se negociará con el Gobierno español", ha dicho Lucena, quien ha recordado que la pregunta debe ser "el tema fundamental y clave" de negociación y acuerdo entre gobiernos y "no una imposición por ninguna de las dos partes".

En este sentido, ha lamentado que "las prisas de ERC y CiU van a hacer que fracase la posibilidad de hacer una consulta pronto, ya que lo que quieren es imponer y, como ERC, ir al choque de trenes".

"El gran drama y la paradoja es que CiU, ERC, ICV y CUP, con su horizonte inamovible del 2014 sí o sí, harán que seguro que en 2014 no se celebre una consulta y dificultarán que se acabe celebrando", ha advertido Lucena.

Por ello, ha criticado "el intolerable intento de engaño masivo" a los catalanes por parte de CiU y ERC, que "en privado asumen con total naturalidad que en 2014 no va a ser posible celebrar la consulta, pero públicamente mantienen el espejismo de que se hará".

"No es manera de hacer las cosas", ha apostillado. "Si algo nos enseñan los casos de Escocia y Québec es que hay que perseverar y que este tema, por su trascendencia y naturaleza, lleva tiempo. Es un error determinar la fecha e imponer la pregunta, porque le estás dando la excusa perfecta al Gobierno para que te diga que no".