Pedro Sánchez asegura que "nunca" un socialista será su adversario
Defiende un PSOE "de izquierdas" frente a una Gestora que lo deja "en tierra de nadie"
El ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez ha asegurado que "nunca" un socialista será su adversario, ha insistido en lo esencial que es tener un partido unido y ha manifestado que, si gana en su aspiración de volver a liderar el PSOE, lo será "de todos y cada uno de los afiliados".
Justo una semana después de que Sánchez anunciara en Dos Hermanas (Sevilla) su intención de presentarse como candidato a la secretaría general del PSOE en las primarias que celebrarán en mayo, Sánchez ha acudido a Zaragoza para presentar y defender su proyecto a la militancia aragonesa, arropado por los diputados Susana Sumelzo, Odón Elorza y Zaida Cantera.
Desde Zaragoza, en un acto que ha comenzado con un minuto de silencio en memoria del recientemente fallecido exministro José Antonio Alonso, Sánchez ha prometido que si su proyecto gana exigirá "lealtad" al resto de candidatos y que si pierde se pedirá a sí mismo esa misma lealtad. "Todos representamos a un partido abierto, plural, diverso y participativo, que estamos llamados a recuperar en junio", ha enfatizado.
Pero, a renglón seguido, ha advertido de que candidaturas "puede haber muchas", pero modelos de partido "solo hay dos", uno de ellos representado por la gestora, que a su juicio ha defendido un camino desde octubre que ha situado al socialismo del país "en tierra de nadie".
Y el otro es el que él mismo ha dicho defender, un proyecto "autónomo y de izquierdas", contrapuesto a la "candidatura única cerrada por arriba en un despacho" que algunos dirigentes socialistas han defendido como mejor opción de cara al congreso y a las primarias. Sánchez ha asegurado que quiere la unidad, pero "la llave" para conseguirla la tienen los militantes.
A más de un millar de ellos ha logrado reunir Sánchez en Zaragoza, algunos venidos de comunidades vecinas como Navarra, aunque sólo 500 han podido entrar a la sala tras completarse el aforo. Mientras, el resto seguía la intervención desde una sala de vídeo o esperaba en otras estancias y en exterior del centro cívico donde ha tenido lugar el acto.
A todos ellos les ha pedido Sánchez una "movilización masiva" para que gane este proyecto, un PSOE de verdad de izquierdas, ha dicho.
Las apelaciones a la militancia han sido constantes en su discurso. Sánchez quiere que los afiliados sean los que decidan siempre sobre las cuestiones importantes, porque si eso no sucede, el PSOE "dejará de ser importante", y por eso si gana, se ha comprometido a consultarles respecto a todos los acuerdos de gobierno.
Para el aspirante a repetir en la secretaría general, el partido socialista es "más necesario que nunca" frente a la ultraderecha y los repliegues nacionalistas, y la respuesta a estas amenazas no puede ser "la gran coalición", porque eso "va contra la historia y el ser del PSOE".
El PSOE, para Sánchez, tiene que volver a ser "la fuerza política del cambio", porque su fuerza es "la de la izquierda" y si los socialistas se hunden "la izquierda no gobernará de nuevo en este país".
Ha recalcado que la gestora "se equivocó" al decidir abstenerse para facilitar el gobierno del PP, porque desde esa decisión y en lo fundamental "nada ha cambiado" en el país: la reforma laboral sigue vigente; la dependencia, la educación, la sanidad y las pensiones continúan infradotadas y el gobierno continúa en las manos del mismo partido que "con una mano robaba a los españoles y con la otra recortaba derechos y libertades".
Por eso, quien votó no en esta investidura, como los tres diputados que le acompañaban hoy, lo que en realidad hicieron fue dar "un gran sí al cambio político y de regeneración democrática" que necesita España.
Su modelo de partido, ha añadido, tiene como una de las piedras angulares la coherencia, el "cumplir la palabra dada" y, en este sentido, el "no es no" con el que le han recibido los militantes es para Sánchez la muestra de "una nueva forma de hacer política".
Ha reivindicado un PSOE de izquierdas y no "de centro moderado con sensibilidad social" como algunos lo definen y ha vaticinado que cuando lo lidere, se enfrentará a los poderes fácticos que quieren un socialismo "subalterno a la derecha". Tras el acto, y después de que lo asistentes cantaran "La Internacional" con los puños en alto, Sánchez ha improvisado un breve mitin ante algunas de las personas que se han quedado sin poder entrar en la sala.
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