Pedro Sánchez, investido presidente gracias al independentismo y la amnistía

El socialista Pedro Sánchez ha sido reelegido presidente del Gobierno tras superar una votación sin sorpresas en la que ha obtenido el respaldo de 179 diputados del Congreso que representan el 51,14% de la Cámara Baja.

En concreto, Sánchez ha recibido el apoyo de los 121 diputados del PSOE, los 31 de Sumar, los siete de ERC, los siete de Junts, los seis de Bidu, los cinco del PNV y el del BNG y la de Coalición Canaria.

En contra han votado 171 diputados: los 137 del PP, los 33 de Vox y el de UPN.

El líder del PP Alberto Núñez Feijóo, se acercó a Pedro Sánchez para estrecharle la mano después de que el Congreso de los Diputados haya dado luz verde a su investidura como presidente del Gobierno. Una vez que la presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol, ha anunciado el resultado de la votación y de que Sánchez haya saludado a sus tres vicepresidentas y al portavoz parlamentario socialista, Patxi López, Núñez Feijóo ha abandonado su escaño y se ha dirigido al del jefe del Ejecutivo.

De acuerdo con la costumbre parlamentaria, el líder del PP ha estrechado la mano de Sánchez como felicitación por su reelección, en medio de los gritos de "¡presidente, presidente!" de la bancada socialista.

Núñez Feijóo aseguró ayer, miércoles, en su debate con Sánchez que su investidura “nace de un fraude” y ha de interpretarse como “corrupción política” al haberse fundamentado en la ley de la amnistía a los dirigentes independentistas catalanes procesados cuando fue una medida que “no se votó en las urnas”. Tras saludar a Sánchez, el presidente del PP se ha dado la vuelta y ha abandonado el hemiciclo al tiempo que seguían los vítores de los diputados del grupo del PSOE.

El propio Feijóo ha explicado a los periodistas qué palabras ha dicho a Sánchez mientras le estrechaba la mano como gesto de cortesía en el hemiciclo. Tras dar luz verde el Congreso a la elección de Sánchez, el líder de la oposición ha expresado su preocupación por la situación en la que entra Sánchez, al que ve sometido a un "contrato mensual que ha de suscribir el independentismo". "Me voy más preocupado que cuando entré y he visto además que el Partido Socialista está claramente en manos de aquellos que quieren primero un reconocimiento de nación, distinta a la de España, y segundo, un referéndum de autodeterminación. Y si esto no se hace, han dicho ayer, esta legislatura peligra", ha alertado.

Antes de abandonar el hemiciclo, Sánchez ha querido saludar con besos y abrazos a cada uno de los 120 diputados del PSOE que le han apoyado, así como a los representantes de Sumar que se han acercado a felicitarle. En la tribuna de invitados aplaudía emocionada la esposa del presidente, Begoña Gómez.

Protesta en la calle

Más de 400 personas se concentraron este jueves al principio y al final de la Carrera de San Jerónimo, en los aledaños del Congreso de los Diputados, para protestar durante la segunda jornada del debate de investidura de Pedro Sánchez.

Miembros del Frente Obrero y de la Junta Democrática de España se concentraron separados en la zona que colinda con la calle Cedaceros, mientras que otro centenar acudió a la zona que confluye con la plaza de Neptuno.

En ambos lados se escucharon gritos en contra de la amnistía, del Gobierno de Pedro Sánchez, del PSOE y pidiendo la intermediación del Rey, así como gritos de “terroristas” o “golpe de Estado”.

Asimismo, por la glorieta de Neptuno circularon dos camiones de pequeño tamaño en los que se podía leer “Sánchez, traidor”, “es la hora de los españoles” o “#paremos el golpe de Estado”. También apareció un vehículo algo más grande que los otros dos en el que aparecía una imagen de Pedro Sánchez con Carles Puigdemont y el lema “Sánchez traidor”.

El único incidente se produjo en la zona de Neptuno cuando dos mujeres de origen latino entraron dentro de la protesta con carteles de apoyo a Sánchez y manifestando su apoyo al presidente. Varios manifestantes las increparon y uno de ellos les rompió los carteles antes de que la Policía interviniera para solventar la situación. Además de esto los manifestantes increparon a algunos de los periodistas que trabajaban en la zona al grito de “prensa española manipuladora”.