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El Príncipe de Asturias ha suspendido su viaje de dos días a Sao Paulo por una avería en uno de los "flaps" o alerones del avión, que ha obligado a renunciar al despegue.

La aeronave, un Airbus A-310 de la Fuerza Aérea Española, estaba preparada para partir de la base aérea de Torrejón en torno a la una de la madrugada, pero, siete horas más tarde, los técnicos no habían logrado completar con éxito la reparación.

El origen de la avería era un sensor que, al provocar un cortocircuito, impedía el normal funcionamiento de uno de los "flaps" del ala izquierda, por lo que los técnicos intentaron resolver el problema con la sustitución de esa pieza por otra extraída de un avión del mismo modelo sometido a revisión en las instalaciones de Airbus en Getafe.

El otro Airbus A-310 pertenece también a la Fuerza Aérea y ambas aeronaves están dedicadas a los desplazamientos de miembros del Gobierno y de la Familia Real.

Fuentes de la Casa del Rey han explicado que, pese a haberse sustituido la pieza averiada, la reparación exige "una calibración absolutamente exacta" que requiere un tiempo de ajuste del que ahora no se dispone, por lo que el piloto ha decidido suspender el vuelo.

Durante las labores de reparación, el Príncipe y la tripulación han permanecido en el interior del avión, mientras que los integrantes de la delegación y los periodistas que acompañaban a don Felipe han aguardado el resultado de los trabajos en las salas de espera de las instalaciones de la base.

El vuelo tenía una duración prevista de casi once horas y el primer acto de la agenda de don Felipe en Brasil era una reunión con el gobernador del Estado de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, programado en principio para las 14:30 hora local (16:30 GMT).

El objetivo fundamental de esta visita de don Felipe a Brasil era el desarrollo de oportunidades de inversión y cooperación empresarial, si bien el programa previsto incluía también encuentros con los expresidentes Luiz Inacio Lula da Silva y Fernando Henrique Cardoso, así como un acto de promoción del turismo en España y la presentación de la edición digital en portugués del diario El País.

EL PRÍNCIPE, TRAS SUSPENDER EL VIAJE: NUNCA ME HABÍA PASADO Y TENGO UNOS AÑOS

El Príncipe de Asturias ha lamentado la suspensión de su viaje a Brasil por una avería en el avión de la Fuerza Aérea al despedirse en la base de Torrejón de los periodistas, a quienes ha comentado, sonriente: "nunca me había pasado y ya tengo unos añitos".

Don Felipe aludía a los años transcurridos desde que empezó a utilizar las aeronaves de la Fuerza Aérea española pertenecientes al denominado "45 Grupo", con base en Torrejón y especializado en desplazamientos de miembros del Gobierno y de la Familia Real.

Cuando se detectó la avería en uno de los alerones o "flaps", la delegación y los periodistas que acompañaban al Príncipe abandonaron la aeronave para facilitar la revisión, mientras que don Felipe permaneció dentro del avión y pudo dormir "una hora y media", según ha revelado también a los informadores, tras preguntarles si ellos habían podido dormir algo en las salas de espera de la base.

El Heredero de la Corona no ha querido despedirse de los periodistas sin antes confirmarles que el Rey recibirá esta mañana el alta en el Hospital Quirón Madrid, donde se sometió el pasado jueves a una intervención quirúrgica para que el cirujano Miguel Cabanela le implantara una prótesis definitiva en la cadera izquierda.

EL AVIÓN EN EL QUE IBA A VIAJAR EL PRÍNCIPE SE COMPRÓ DE SEGUNDA MANO EN 2003

El Airbus 310 del 45 Grupo del Ejército del Aire en el que iba a volar a Brasil el Príncipe Felipe, y cuya avería en un sensor ha obligado a suspender el viaje, entró en servicio en España en septiembre de 2003, después de ser adquirido de segunda mano a la compañía aérea francesa Air France.

Los Reyes estrenaron el primer Airbus 310 -de las dos unidades de las que se dispone- el 17 de septiembre de 2003, con un viaje a Granada, y cuatro días más tarde, el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, utilizó esta aeronave para un viaje oficial a Estados Unidos. Estos dos aparatos sustituyeron a los vetustos Boeing 707, fabricados a finales de los años 50 y que acumulaban un largo historial de averías e incidentes.

En diciembre de 2000 el Consejo de Ministros autorizó la compra de esos dos A-310, para los que destinó una partida máxima de 172 millones de euros tanto para su adquisición como para su puesta al día, la instalación de un moderno sistema de comunicaciones y su reforma interior para acoger a unos 60 pasajeros. Cuando comenzaron a volar para al Ejército del Aire en 2003 se estimó que su vida operativa sería de otros 25 años.

El Ministerio de Defensa explicó entonces que la elección de dos aviones de segunda mano se debía a que iban a realizar una media anual de 600 horas de vuelo, mientras que la correcta amortización de un aparato nuevo supone que tenga que volar más de 3.000 horas anuales, como ocurre en el caso de las líneas aéreas.

El Gobierno escogió también los A-310, y no modelos más pequeños como el A-319, por la necesidad de que fueran capaces de realizar un vuelo sin escalas de 5.500 millas náuticas, más de 10.100 kilómetros, lo que les permite hacer holgadamente vuelos transoceánicos.

Además de España, también operan este modelo los gobiernos de Francia, Alemania y Bélgica.

El incidente de hoy no ha sido el único protagonizado por los A-310 de la Fuerza Aérea Española. Un fallo en el sistema eléctrico también impidió despegar de la Guayana Francesa el avión en el que viajaba el entonces ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos en marzo de 2005.