El juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama ha acordado este viernes prisión incondicional para el jubilado de Miranda de Ebro que fue detenido este miércoles como presunto autor del envío de cartas explosivas a varias instituciones, entre ellas la Presidencia del Gobierno.
En el auto, el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 4 explica que aunque no hay indicios de que el investigado pertenezca ni colabore con banda o grupo organizado terrorista alguno, las acciones que objetivamente se le imputan, el contexto en el que se producen (guerra de Ucrania) y los destinatarios de los paquetes evidencian que en su ánimo está presente "el objetivo de alterar gravemente la paz pública".
Indica que transmite el mensaje de que se está "ante unas acciones efectuadas por personas vinculadas a Rusia como represión hacia los intereses de España y Estados Unidos como consecuencia de su apoyo a Ucrania ante la ocupación rusa", y añade que busca "obligar a los poderes públicos de nuestro país a abstenerse del apoyo mostrado a favor de Ucrania frente a la agresión rusa".
Acusado de seis delitos de terrorismo
La decisión del juez va en consonancia con la petición de la fiscal de la Audiencia Nacional, Ana Noé, que interesaba la prisión provisional comunicada y sin fianza para P.G.P., de nacionalidad española y 74 años de edad, quien se ha acogido a su derecho a no declarar ante el magistrado.
El juez y el Ministerio Público le atribuyen seis delitos de terrorismo --uno por cada carta incendiaria enviada--, dos de ellos agravados por ir dirigidas a miembros del Gobierno. Esos delitos irían en concurso con un delito de fabricación, empleo de artefactos explosivos, inflamables e incendiarios con finalidad terrorista.
Detenido un hombre de 74 años como responsable del envío de sobres bomba a Sánchez y embajadas en Madrid
Está considerado como el responsable del envío de las seis cartas con material deflagrante remitidas a finales del pasado mes de noviembre y principios de diciembre a diferentes empresas e instituciones como Presidencia del Gobierno, la Embajada de Ucrania en España o la Embajada de Estados Unidos en España.
Se trata de una persona muy activa en redes sociales y, según los investigadores, tiene conocimientos técnicos e informáticos, según informaron fuentes del Ministerio del Interior y de la Policía Nacional. El Ayuntamiento de Vitoria ha confirmado que fue funcionario de este consistorio hasta 2013.
El arrestado residía en una pequeña vivienda en la calle del Clavel de Miranda de Ebro, donde especialistas de la Policía Nacional llevaron a cabo este miércoles un registro antes de su paso a disposición del titular del Juzgado Central de Instrucción Número 4, que investiga el envío de estas cartas con material pirotécnico.
Investigación "compleja"
El Ministerio del Interior subrayó que la investigación ha sido muy "compleja y laboriosa", afectando a varias provincias de España. Las diligencias han podido determinar que todos los envíos de las seis cartas se realizaron desde la ciudad de Burgos.
El pasado 24 de noviembre fue detectada una carta con material explosivo dirigido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que había sido remitido por correo postal ordinario. Los servicios del Departamento de Seguridad de Presidencia del Gobierno detectaron la carta en las tareas de cribado y filtrado de la correspondencia.
Otras cinco cartas similares por sus características y contenido a los recibidos por la Embajada de Ucrania y la Embajada de Estados Unidos en Madrid, por la empresa Instalaza en Zaragoza, por el Centro de Satélites de la Unión Europea ubicado en la Base Aérea de Torrejón y por el Ministerio de Defensa. Un vigilante de seguridad de la Embajada de Ucrania resultó herido por la explosión de uno de los artefactos. También hubo envíos con sobres que tenían en su interior ojos de animales.
El pasado 3 de enero el juez de la Audiencia Nacional que investiga el envío de esta serie de cartas explosivas acordó abrir una nueva línea de investigación en la causa para llevar a cabo una serie de pesquisas de carácter tecnológico.