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El juez Pablo Ruz ha decretado hoy prisión incondicional para tres de los cuatro presuntos yihadistas detenidos en Ceuta el sábado cuando supuestamente estaban dispuestos a cometer un atentado e, incluso, a inmolarse en el intento, mientras que al cuarto le ha dejado en libertad con medidas cautelares.

Según han informado hoy fuentes jurídicas, el juez de la Audiencia Nacional imputa a los cuatro detenidos los delitos de pertenencia a organización terrorista y tenencia ilícita de armas en el marco de una causa declarada secreta.

Los tres que han ido a prisión son los hermanos Farid Mohammed Al Lal y Mohammed, así como Anwar Alli Amzal; y al cuarto, Redouan Alli Amzal, hermano de Anwar, Ruz ha acordado dejarle en libertad al acreditar los médicos forenses de la Audiencia Nacional que sufre un 66 % de discapacidad psíquica.

No obstante, a éste último le ha impuesto como medidas cautelares comparecencias semanales en el juzgado más próximo domicilio, la retirada del pasaporte y la prohibición de abandonar España.

Los cuatro, dos parejas de hermanos de nacionalidad española, origen marroquí y con edades comprendidas entre los 20 y los 39 años, fueron detenidos en la madrugada del sábado en la ciudad autónoma por agentes de la Comisaría General de Información de la Policía.

Hasta su traslado esta mañana a la Audiencia, han permanecido desde el sábado en el complejo policial de Canillas en Madrid, a donde llegaron en helicóptero desde Ceuta y bajo fuertes medidas de seguridad.

Antes de su traslado, la Policía registró los dos domicilios donde residían los detenidos, en los que se incautaron de una pistola del calibre 9 mm parabelum, uniformes de combate y pasamontañas.

También se localizaron placas de matrícula de vehículos españoles, machetes de grandes dimensiones, otro tipo de armas blancas, así como armas cortas -algunas simuladas-, material informático y diversa documentación.

La operación Chacal, que continúa abierta, es la primera desarrollada por las fuerzas de seguridad españolas tras los atentados de hace quince días en París, donde precisamente una pareja de hermanos, los Kouachi, atacaron el semanario satírico Charlie Hebdo, y asesinaron a doce personas.

Según informó el Ministerio del Interior, los cuatro presuntos yihadistas formaban parte de una célula preparada para cometer una acción terrorista. De hecho el ministro Jorge Fernández Díaz reveló que los detenidos "tenían la fuerte determinación de atentar" y, si hubiese sido necesario, de inmolarse.

Interior explicó tras su detención que los arrestados actuaban siguiendo las consignas del líder del Estado Islámico, Abu Bker Al Baghdadi, a través de una potente y agresiva campaña de comunicación y difusión mediática en los foros y páginas yihadistas de internet.

Unas consignas que se centran tanto en la necesidad de reclutar y enviar nuevos combatientes a la zona de conflicto (Siria-Irak), como en la idoneidad de cometer actos terroristas de amplia repercusión mediática en cualquier país occidental, y más concretamente europeo, en apoyo a Daesh, conocido como Estado Islámico.