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El jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, ha defendido que la reforma fiscal que proponen es "magnífica" porque favorecerá el crecimiento y el empleo pese a rebajar los impuestos, frente a las críticas de varios grupos de la oposición, que la han tachado de "regresiva" y peligrosa para el déficit.

La primera sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados después de la aprobación el pasado viernes de los distintos anteproyectos de ley que conformarán la reforma fiscal ha servido para debatir sobre este asunto con PSOE, CiU, Izquierda Plural y PP, a quienes el Gobierno ha invitado a sumarse.

Sin añadir ningún detalle nuevo a lo ya conocido, Rajoy y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, han querido disipar los temores sobre los efectos de la rebaja fiscal en los ingresos, ya que según ha asegurado éste último, la reforma "no va a mermar en modo alguno la recaudación tributaria".

RIFIRRAFE CON RUBALCABA

En su rifirrafe con el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, Rajoy ha lamentado que para el PSOE "es igual" si suben los impuestos o si los bajan, porque siempre les van a criticar, y ha defendido "una magnifica reforma" fiscal, sobre todo, para rentas medias y bajas, que no se pudo hacer hace dos años, pero ahora sí.

Rubalcaba por el contrario ha opinado que el anteproyecto de reforma fiscal presentada por el Gobierno va poner en peligro el objetivo de déficit ya que la recaudación bajará "7.000 millones", lo que implicará que se volverá a "apretar" a las Comunidades Autónomas para que haya recortes sociales.

El jefe del Ejecutivo ha defendido que ahora que se ha superado la amenaza del rescate, comienza el crecimiento económico y la creación de empleo "creemos que se pueden bajar los impuestos y por eso lo hacemos".

"Pero es igual, si subimos los impuestos ustedes nos critican y si bajamos los impuestos también nos critican, por tanto hacemos lo que creemos que debemos hacer en cada momento", ha concluido. Por su parte, Montoro ha rechazado los temores de que su reforma fiscal aumentará el déficit público.

Y ello a pesar de que en relación con el comienzo de legislatura todas las rentas hasta 30.000 euros anuales "van a pagar muchos menos impuestos", excepto las superiores a los 130.000-150.000 euros, que tendrán un "ligero aumento" a partir de 2016 en cuanto a los tipos efectivos, ha dicho.

Montoro ha pedido a todos los grupos parlamentarios y en especial a CiU que tengan una disposición "favorable y constructiva" ante la reforma. "Hay materia y hay campo para entendernos", ha asegurado Montoro tras confiar en que en materia de lucha contra el fraude las medidas propuestas por el Gobierno puedan verse "reforzadas o incluso ampliadas".

En este sentido, el diputado de CiU Josep Sánchez i Llibre ha pedido al ministro que "sean valientes y tengan coraje" para abordar con medidas efectivas la economía sumergida y establezcan un plan en el que se cuantifique el volumen de economía irregular, las pérdidas que ocasiona y unos objetivos plurianuales para su reducción.

Sánchez i Llibre ha dicho que la reforma fiscal es "muy poco ambiciosa" en la lucha contra la evasión fiscal y ha recordado que nuevas medidas podrían hacer aflorar hasta 20.000 millones de euros.

Por su parte, el diputado de Izquierda Plural Alberto Garzón ha calificado la reforma del Ejecutivo de "regresiva" porque "dificulta la vida de los pobres y facilita la de los ricos" y ha asegurado que incrementará las desigualdades sociales y los niveles de inseguridad ciudadana.

"Lo que hay que hacer es combatir la miseria y eso también se hace con una política fiscal justa y con voluntad política", ha dicho, tras recriminar a Montoro que "hay que dar de comer tres veces al día a los niños".

El ministro le ha respondido que el primer origen de la desigualdad social está en el desempleo, y que atajarlo es precisamente el primer objetivo de la reforma, ya que "baja la carga de impuestos a las nóminas, especialmente a las de salarios medios y bajos".