Rajoy descarta la intervención y pide prudencia a los demás líderes europeos
Defiende su "vía reformista" y la adopción de medidas excepcionales
Sostiene que la política económica del Gobierno es dura y costosa y que es lo que hay que hacer
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha descartado que España pueda ser intervenida, ahora o en el futuro, y ha hecho un llamamiento a los líderes europeos que en los últimos días han cuestionado la situación del país, y les ha pedido que sean prudentes y asuman sus propias responsabilidades.
Rajoy ha intervenido en una reunión del grupo parlamentario popular en el Congreso en la que ha defendido su programa de reformas por considerarlo el camino que, necesariamente, tienen que tomar "las grandes naciones en grandes encrucijadas" como la actual.
Rajoy ha señalado que el objetivo de reducción del déficit público es "irrenunciable". Se trata, ha dicho, de acabar con el "círculo vicioso" que ese déficit provoca: eleva la deuda y hace más cara su financiación, y que impide destinar esos recursos a otras cosas como la mejora de los servicios públicos y la inversión productiva. Al respecto, ha subrayado que hay países que no pudieron hacer frente a sus préstamos -y acabaron siendo intervenidos-, pero ha querido dejar claro que "éste no es el caso de España ni va a ser el caso de España en el futuro".
El presidente ha pedido de cualquier forma a todos los sectores sociales "la mayor prudencia y responsabilidad"; la misma que ha reclamado a los líderes europeos a la hora de hablar de la situación de España. Así, ha subrayado que ni él ni su Gobierno hablan de otros países ni van "contra nadie" en el seno de la UE y, como todos tienen problemas y los tienen que solucionar, espera que "los demás hagan lo mismo, asuman sus responsabilidades y sean prudentes en sus afirmaciones".
De este modo ha querido zanjar Rajoy la polémica surgida por las declaraciones de líderes como el presidente francés, Nicolás Sarkozy, o el primer ministro italiano, Mario Monti.
Además, ha considerado que "no hay que hacer caso al ruido ni distraerse con cosas menores" o de "poca importancia que duran veinticuatro horas".
El Gobierno tiene "las ideas muy claras" y sabe "perfectamente" lo que hay que hacer", ha garantizado Rajoy, quien ha recordado que desde que llegó a la Moncloa no ha habido periodos de tregua o de rodaje, y se está trabajando "sin descanso" con el fin último de volver a crecer, crear empleo y "darle la vuelta a la situación".
CALENDARIO DE REFORMAS
En su intervención, Rajoy ha expuesto el calendario de sus próximas reformas, entre ellas una "capital", la de las administraciones públicas, que en treinta años nadie más se ha "atrevido" a acometer.
También ha fechado para este mismo mes la reforma sanitaria y la racionalización del gasto educativo, dos días después de conocerse la intención del Gobierno de ahorrar 10.000 millones de euros más en estas dos áreas, esfuerzo que tendrán que hacer las comunidades autónomas por tener sus competencias.
En mayo, además, el Gobierno pedirá a las comunidades, en un Consejo de Política Fiscal y Financiera, que hagan los ajustes presupuestarios necesarios y asuman sus obligaciones como instituciones que forman parte "del gran proyecto nacional español".
El próximo sábado Rajoy explicará este nuevo plan de ajuste sanitario y educativo a los presidentes autonómicos y líderes regionales de su partido en una reunión en la sede madrileña del PP en la que también estará la secretaria general, María Dolores de Cospedal.
El jefe del Ejecutivo también ha dicho que el próximo viernes se aprobará en el Consejo de Ministros un plan de lucha contra el fraude fiscal, al que seguirán planes de lucha contra el fraude laboral y de Seguridad Social.
Ha subrayado su intención de acelerar la reforma del sistema financiero, promover la salida al mercado de viviendas, acometer privatizaciones y completar la reforma del sector energético.
Una normativa para que se puedan gestionar de forma distinta las televisiones autonómicas, una ley de tasas judiciales y otra de transparencia de los organismos reguladores están también en su agenda reformista.
Rajoy ha pedido a los diputados del PP "un esfuerzo de diálogo razonable y constructivo" con otros partidos que quieran compartir estas decisiones, aunque ha reconocido que con el PSOE puede ser más difícil porque muchas de las políticas que plantea su Gobierno son radicalmente contrarias a las de los socialistas en la anterior legislatura.
"Pedirle ahora a quienes nos han traído hasta aquí que hagan una pirueta y que afirmen que lo que hay que hacer es lo contrario de lo que hicieron es ciertamente difícil y complicado", ha resumido. Aún así, se ha mostrado convencido de que hay espacio para el entendimiento y ha subrayado que, aunque tengan mayoría absoluta, les gustaría "ir acompañados" en muchas de las reformas, porque "son para muchos años".
UNA RESPONSABILIDAD: GOBERNAR Y SACAR A ESPAÑA DE LA SITUACIÓN EN LA QUE NOS ENCONTRAMOS
Tras evitar responder a los medios de comunicación en el Senado, el jefe del Ejecutivo ha atendido a los periodistas en el Congreso, donde ha ratificado su disposición al diálogo, pero ha recordado también que tiene la legitimidad de los votos para gobernar y que debe hacerlo.
Rajoy ha señalado que la situación que atraviesa la economía española "es muy difícil", excepcional, por lo que el Gobierno tiene que reaccionar "con medidas excepcionales"."Nuestra principal obligación en estos momentos es decidir, gobernar y sacar a España de la situación en la que nos encontramos", ha subrayado.
"La política económica del Gobierno es dura, costosa, no va a producir efectos en el corto plazo, pero es lo que hay que hacer en estos momentos", ha reiterado.
Rajoy ha hecho hincapié en la complicada situación que viven muchísimos españoles y también el propio país como nación, con problemas para financiarse, porque el año pasado se gastaron 90.000 millones de euros más de los que se ingresaron, un dinero que, ha recordado, hay que pedir a los mercados. Ante las ofertas de diálogo y las propuestas para alcanzar pactos con todas las formaciones políticas, ha recalcado que la obligación del Gobierno es gobernar. "El Gobierno tiene una obligación que es gobernar y no podemos abdicar de esa responsabilidad porque es lo único que los españoles no nos perdonarían de ninguna de las maneras", ha recalcado.
Ha garantizado que él habla con todos los partidos y ha recordado que pactó la reforma de la Constitución con el PSOE, formación que se niega ahora a apoyar la ley de estabilidad presupuestaria que la desarrolla. El diálogo continuará en la reforma laboral y en las conferencias sectoriales de educación y sanidad con todas las comunidades autónomas, aunque ha señalado que es "evidente" que en muchas políticas no se va a coincidir.
El Ejecutivo tiene claro, ha señalado Rajoy, que no debe continuar con la política de los últimos años, "las que nos han traído hasta aquí: no podemos tomar decisiones que querrían otros grupos con muchos menos apoyo".
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