El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha lanzado un mensaje en favor de la unidad de todos los ciudadanos al subrayar en su intervención en el acto inaugural del AVE a Castellón que "a los españoles -ha dicho- nos va bien cuando viajamos juntos en el mismo tren". "Nos va mejor porque llegamos más lejos", ha subrayado al inicio de esa intervención y en la que no ha realizado ninguna referencia explícita a la situación que se vive en Cataluña a la espera de la investidura de un presidente de la Generalitat.
El jefe del Ejecutivo ha asegurado que los españoles están escribiendo el presente del país en términos de progreso para que en el futuro ganen mayores cotas de bienestar, prosperidad y oportunidades para todos. Y como prioridad ha citado la creación de empleo, algo que cree que puede mantenerse gracias a datos económicos que evidencian que "la recuperación es cada día más consistente". "Los españoles hemos demostrado que el Estado de bienestar es compatible con el cumplimiento de los objetivos de déficit, consolidación fiscal y estabilidad presupuestaria", ha recalcado.
REFORMAR LA FINANCIACIÓN AUTONÓMICA
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha insistido en que para sacar adelante la financiación autonómica es "inexcusable" e "imprescindible" un acuerdo entre PP y PSOE, por lograr la mayoría parlamentaria necesaria y "por sentido común", así que le ha pedido al presidente de la Generalitat Valenciana, el socialista Ximo Puig, que haga cuanto pueda.
"Le pido que haga todo cuanto esté en sus manos, porque además, y perdone la osadía, sé que lo va a hacer porque lo conozco", le ha dicho Rajoy a Ximo Puig en el acto de inauguración del AVE entre Madrid y Castellón.
Previamente, el dirigente autonómico había reivindicado ante el presidente del Gobierno la reforma del sistema y Rajoy ha recogido el guante al término de su intervención. Como en otras muchas ocasiones, ha recordado que el PP cuenta con 137 diputados en el Congreso y necesita de otros partidos para sumar la mayoría; para este asunto, ha reiterado, quiere contar con el PSOE, como líder de la oposición y como responsable de buena parte de las comunidades que se verán afectadas por la reforma.
Ha admitido que es un asunto importante y complicado, que él conoce tanto desde el punto de vista de las autonomías, puesto que fue vicepresidente de la Xunta, como desde la perspectiva del Gobierno. "Todo el mundo tiene razones y argumentos y probablemente todo el mundo tenga razón en sus razones y argumentos", ha señalado.
Rajoy ha justificado que si el Gobierno no reformó el sistema en la legislatura anterior, con mayoría absoluta del PP, fue porque la prioridad era "evitar la quiebra de España" y que ahora que quiere abordar el asunto, necesita sumar apoyos en el Congreso. "Tengo toda la voluntad que se puede tener, que es toda, para intentar resolver el tema", se ha comprometido Rajoy ante Ximo Puig, para pedirle a continuación su colaboración. "Hay que hacer un esfuerzo al que ojalá se sumen todos, pero es inexcusable e imprescindible un acuerdo entre el PP y el PSOE.
EL PSOE PIDE BLINDAR EL ESTADO DEL BIENESTAR
Poe su parte, el PSOE ha puesto como condiciones al Gobierno para pactar un nuevo modelo de financiación autonómica subir hasta el 5 % del PIB el presupuesto de Educación, hasta el 7% el de Sanidad y hasta el 2 % el de Dependencia y Servicios Sociales, ha explicado hoy el secretario de Organización, José Luis Ábalos.
Ábalos, que ha confirmado que el Ejecutivo les ha "trasladado su voluntad de llegar a un acuerdo" sobre financiación autonómica y sobre política del agua -como avanzó el diario El País-, ha subrayado que estos asuntos son dos de los diez "acuerdos de país" que anunció el líder del PSOE, Pedro Sánchez, hace dos semanas y sobre los que va a erigir su trabajo político este año.
Tras recordar que Sánchez y Rajoy hablan con frecuencia y también se reúnen, ha defendido que antes de negociar el sistema de financiación hay que "definir el estado del bienestar que queremos, si recortado, residual o el que siempre hemos defendido los socialistas".
Eso implica, pasar del actual 3,67 % al 5 % del PIB en Educación; del 5,57 % al 7 % en Sanidad y al 2 % en dependencia y Servicios Sociales, en lo cual los socialistas no incluyen la renta mínima de inserción.
También ponen como condición al Ejecutivo negociar la financiación local simultáneamente a la autonómica, "aumentando la financiación y modificando la regla de gasto".
