El pleno del Ayuntamiento de Barcelona ha rechazado el presupuesto para 2018 del gobierno de Barcelona en Comú, que gobierna en minoría, por lo que deberá aprobarse por segundo año consecutivo a través de una cuestión de confianza a la alcaldesa Ada Colau que se planteará en un pleno extraordinario la próxima semana. Como ya habían anunciado Cs, PSC, PP, CUP y el concejal no adscrito, han votado en contra de los presupuestos, el PDeCAT y ERC se han abstenido y Barcelona en Comú ha sido la única formación que ha votado a favor de la aprobación definitiva de las cuentas.
El debate se ha convertido en un intercambio de reproches entre los portavoces de los siete grupos, especialmente, entre el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, y el presidente del grupo socialista y segundo teniente de alcalde, Jaume Collboni, que ayer mismo anunció el 'no' del PSC a las cuentas.
En su intervención inicial, Gerardo Pisarello ha lamentado que los presupuestos no se hayan podido aprobar hoy y especialmente que los socialistas votasen en contra, y ha anunciado que se recurrirá a la cuestión de confianza para sacarlos adelante. En su turno, Jaume Collboni, ha argumentado el voto en contra del PSC en que este no era "un debate de presupuestos, sino la escenificación de un cambio de alianzas", y ha acusado a Colau de claudicar de las banderas simbólicas de la izquierda en Barcelona para pactar con Xavier Trias (PDeCAT) y de someterse a la lógica de los independentistas.
Aún así, ha asegurado que los socialistas están dispuestos a colaborar en lo que les sea posible y "no retirarán la mano" para hacerlo en temas como la funeraria municipal o algunos planes de usos.
Pisarello ha agradecido la disposición a llegar a acuerdos a Collboni, pero le ha reclamado que "no nos dé lecciones de izquierda" -a BComú-, deje de "engañar a la gente" y "cumpla y no haga como ahora".
El debate de la aprobación definitiva de los presupuestos se ha hecho junto a la del Plan Económico Financiero consolidado 2018-2019.
El plan, que responde a la previsión de que el ayuntamiento de Barcelona supere el límite establecido por la ley de Estabilidad Presupuestaria de las Administraciones Locales (ley Montoro), se ha aprobado gracias a la ausencia de una concejala del PP, sin tener que recurrir al voto de calidad de Ada Colau para deshacer el empate a 12.