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El Rey ha reclamado ante los parlamentarios reunidos en la solemne sesión de apertura de la legislatura que practiquen el "diálogo permanente" y un debate "siempre constructivo" guiados por la "generosidad" que ha permitido formar Gobierno tras un lago período de "desencanto" ciudadano.

Felipe VI ha reconocido en su discurso pronunciado en el Congreso que la falta de acuerdo para la investidura generó "inquietud y malestar" en la sociedad, desencanto e incluso "distanciamiento de nuestra vida política en muchos ciudadanos" y "preocupación en nuestros socios y aliados".

Acompañado de la Reina Letizia, de la Princesa de Asturias y de la infanta Sofía, el jefe del Estado ha subrayado que la crisis de gobernabilidad se ha resuelto "con diálogo, con responsabilidad y también con generosidad", y ha manifestado además que "los intereses generales han estado muy presentes en su solución".

En su primer discurso en una solemne apertura de las Cortes, don Felipe ha dejado claro desde sus primeras palabras que la presencia del Rey en el Parlamento "es la expresión constitucional del vínculo entre los depositarios de la soberanía nacional y el jefe del Estado".

A renglón seguido ha ratificado el compromiso de la Corona con los ciudadanos, puesto que tiene su "razón de ser" en el "servicio a los españoles", con la democracia, y con España, "una gran nación enriquecida por su diversidad a lo largo de los siglos de la que el Rey, como jefe del Estado, es símbolo de su unidad y permanencia".

Arropado por aplausos al comienzo y al final de su alocución, con la visible excepción de los diputados y senadores de Unidos Podemos y los nacionalistas catalanes y vascos, Felipe VI ha hecho referencias a la identidad de España, una España que "no puede negarse a sí misma tal y como es" y que "no puede renunciar a su propio ser" como tampoco al "patrimonio común construido por todos y desde el que debemos seguir edificando un futuro compartido".

En este marco ha situado algunas de sus muchas referencias al diálogo, al recordar que "el diálogo y el entendimiento son exigencias de cualquier régimen de libertades" y advertir de que debe ser "sincero y leal" y "fortalecido e impulsado por el espíritu fraternal entre todos los españoles".

No ha olvidado remarcar, en este contexto, que "el respeto y observancia de la ley y de las decisiones de los tribunales constituye una garantía esencial de la democracia" porque "la primacía de la ley elimina la arbitrariedad de los poderes públicos".

Mirando hacia atrás, don Felipe ha reconocido el "ejemplo de madurez, sensatez y responsabilidad" dado por el pueblo español en las últimas décadas, sobre todo durante la crisis, y ha dicho a los parlamentarios de la XII Legislatura que este mismo pueblo "nos pide que dignifiquemos la vida pública y prestigiemos las instituciones".

Especial mención ha hecho a la "valentía y generosidad" de quienes durante la Transición lucharon para lograr la "reconciliación" entre españoles y también a las víctimas del terrorismo, reflexiones con las que ha puesto de manifiesto los principales retos que España tiene ante sí.

Ha pedido Felipe VI fortalecer el estado del bienestar, trabajar por la "regeneración de nuestra vida democrática" y ha enfatizado que la corrupción debe seguir combatiéndose "con firmeza".

También ha hecho mención el Rey a la vocación europea de España porque, ha apuntado, "no debe haber más fronteras en nuestra acción exterior que las marcadas por nuestras leyes y compromisos", y ha señalado que Europa es "el principal proyecto actual y de futuro para nuestra sociedad" en "una horas difíciles para este proyecto".

El segundo discurso que el Monarca pronuncia ante el Congreso tras el de su proclamación de hace dos años y cinco meses ha concluido con un llamamiento a combatir el pesimismo y el "espíritu destructivo" o "la visión negativa de nuestra sociedad o de todo cuanto nos rodea" con "lo que sí nos ha hecho grandes como nación".

Y ha citado "el espíritu de superación, el ánimo constructivo, la pasión por vivir unida al deseo de progresar, por mirar hacia adelante, seguros de nosotros mismos, con ilusión y esperanza". Felipe VI ha recordado a los diputados y senadores que son "la voz de nuestro pueblo" y les ha dicho que "en su manos está" una tarea de la que "depende en gran medida el futuro de millones de españoles".

"En nuestras manos está; en las de todos. Pongámonos a ello. España y los españoles de hoy y del futuro nos lo piden. Se lo debemos; pero, sobre todo, se lo merecen", ha concluido antes dar las gracias en castellano, catalán, euskera y gallego.

PASTOR DEFIENDE EL PARLAMENTO COMO PRINCIPAL FORO DE DEBATE BASADO EN RESPETO

La presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha reivindicado al Parlamento como "principal foro de debate político" en el que se expresen las distintas opiniones políticas desde "el debido respeto".

Pastor, en su intervención en la sesión solemne de apertura de Las Cortes, antes de la del Rey, ha abogado por desarrollar en el Parlamento "un debate fructífero", para los que los diputados y senadores, como representantes de los ciudadanos, deben ser "conscientes" de lo que son y del "pluralismo" de la sociedad española.

También ha apostado por una actividad parlamentaria dentro del marco de la Constitución, del que ha hecho una defensa cerrada como garante de la convivencia. Como también la presidenta, en un día como hoy, ha querido rendir un tributo a las víctimas del terrorismo y agradecer también el trabajo de las fuerzas de seguridad que ha logrado "vencer" a ETA, lo que ha motivado el aplauso de gran parte del hemiciclo.

Se ha detenido especialmente en poner en valor la Carta Magna porque, entre otras cosas, ha permitido "desarrollar el Estado autonómico", la integración en Europa y poner en marcha el Estado del bienestar. Una Constitución, ha añadido, que se fundamenta "en la indisoluble unidad de la nación", que a la vez está "orgullosa" -ha dicho- de su pluralidad, de su cultura y de sus lenguas, que el texto constitucional "ampara", ha recalcado.

Pero también ha dedicado buena parte de su discurso a poner el acento en la voluntad de diálogo y negociación que debe imperar en esta legislatura, una de las más plurales de las últimas décadas.

Por eso ha recordado el mensaje del primer presidente del Congreso en democracia, Landelino Lavilla, que en aquella primera legislatura aludió a las diferentes opciones políticas que ocupaban los escaños, que debían transitar por el camino "de la convivencia" porque solo así se mantienen los consensos que permiten avanzar.

Las Cortes, ha asegurado Pastor, deben ser "la sede del diálogo" y trabajar al servicio "permanente" del bienestar común, una máxima siempre útil pero que en este periodo debe regir con "especial intensidad".

"Todos deseamos una España en la que no se rompan nunca los puentes de entendimiento", ha señalado la presidenta, echando la vista atrás sobre los últimos cuarenta años que han posibilitado "ensanchar" la libertad y han provocado una transformación "incuestionable" en el país.

Un momento que ha aprovechado para citar una célebre frase de El Quijote: "La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos". España, ha continuado, "tiene muchos retos y metas" y aunque no será fácil, ha señalado Pastor, hay que "emplearse a fondo" para que cada uno ponga lo mejor de sí mismo.

Y así, ha dicho estar convencida de que los diputados y senadores estarán "a la altura" que se espera de ellos para conseguir mayores cotas de bienestar para todos y contribuir a que los ciudadanos no se distancien de las instituciones.

LARGA OVACIÓN AL DISCURSO DEL REY NO SECUNDADA POR PODEMOS NI NACIONALISTAS

La mayoría de los diputados y senadores que asisten a la apertura solemne de las Cortes, salvo los parlamentarios de Unidos Podemos, PDECat y el PNV, han dedicado una larga ovación al Rey tras pronunciar su discurso de arranque de la XII legislatura.

Casi tres minutos han durado los aplausos de los diputados y senadores puestos en pie, a excepción de los de Podemos, con Pablo Iglesias a la cabeza, que han permanecido sentados con gesto serio, y los nacionalistas del PNV y PDECat, que aunque se han puesto en pie, no han ovacionado al monarca.

Los mismos diputados y senadores tampoco aplaudieron al Rey a su entrada al hemiciclo, y ahora se ausentarán del desfile militar que pondrá broche final a la apertura solemne de las Cortes. Un gesto que se suma al del senador navarro de IU, Iñaki Bernal, que ha mantenido desplegada una bandera republicana desde su escaño durante buena parte del discurso de Felipe VI.

Protesta simbólica que se une a la que han llevado a cabo hoy los parlamentarios de IU, que lucen una escarapela con los colores de la bandera republicana en las solapas. Ninguno de los diputados y senadores de IU han aplaudido la llegada del Rey y han permanecido sentados mientras sonaba el himno nacional.