Rubalcaba recibe el apoyo público de González y Chacón reivindica la igualdad

A una semana de que se celebre el 38 congreso del PSOE, el candidato a la Secretaría General Alfredo Pérez Rubalcaba ha recibido hoy el respaldo público del expresidente del Gobierno Felipe González, mientras que su oponente, Carme Chacón, ha reivindicado la lucha por la igualdad de las mujeres.

Los dos candidatos han apretado sus agendas y han buscado esta mañana apoyos en actos que han celebrado en Madrid y, por la tarde, se han traslado a Barcelona para pedir el voto a los delegados del PSC.

Felipe González ha decidido hacer pública su inclinación por Rubalcaba para liderar el partido acompañándole en un encuentro "intergeneracional" en Madrid, aunque también ha tenido palabras para Chacón, a la que quiere "mucho".

El expresidente ha comentado que en este proceso para buscar al sucesor de José Luis Rodríguez Zapatero los socialistas no están "hablando de afectos" y ha pedido que no se interpreten sus "silencios", sino sus palabras.

González también ha lanzado mensajes internos al partido al considerar que la única reforma estatutaria que debería acometer el PSOE es la aprobación de un artículo que prohíba hablar de sus problemas internos en las agrupaciones, salvo una vez al año.

"Y el resto, obligatorio hablar de los problemas de la gente", ha añadido el expresidente, que ha apostado por un partido "democrático, fuerte, sólido" y que sea capaz de ver que "el tiempo histórico cambió", por lo que también debe evolucionar.

Rubalcaba se ha identificado con González, al que ha definido como el político español más importante del siglo XX, porque se "pringa" y es una persona comprometida con su partido y sus ideales.

El candidato ha considerado que ya quisiera la derecha tener una figura política como González. "Ojalá tuvierais vosotros a Felipe. Qué más quisierais vosotros", ha dicho a quienes le critican por recurrir a la vieja guardia socialista.

"Me debes una", le ha dicho al expresidente el candidato, que ha recordado un reunión que mantuvieron ambos hace unas semanas en la que tuvo que someterse a un "tercer grado" del que fue jefe del Ejecutivo durante 14 años.

Además de González, han querido acompañar en Madrid a Rubalcaba el lehendakari, Patxi López, y los exministros Trinidad Jiménez, Antonio Camacho, Ramón Jáuregui y Jesús Caldera.

En cambio, Carme Chacón ha recibido el respaldo de la exvicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, que ha secundado a su antigua compañera del Consejo de Ministros en su reivindicación de la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres.

Asimismo se han dejado ver junto a Chacón en una jornada convocada por la viuda de José Saramago, Pilar del Río, las exministras Leire Pajín, Carmen Calvo, Carmen Alborch y Matilde Fernández.

La exministra de Defensa, en su vehemente intervención en favor de los derechos de las mujeres, ha reconocido que, si es elegida secretaria general del PSOE, se le exigirá más que si gana un hombre.

El anterior Gobierno socialista, ha comentado Chacón, hizo que las mujeres europeas comenzaran a "mirar con envidia las políticas de igualdad de España", aunque ha advertido de que en menos de un mes el actual Ejecutivo de Mariano Rajoy ya ha empezado a hacer anuncios que van a representar pasos atrás en la igualdad.

También como "un gran paso adelante" ha definido De la Vega la posibilidad de que la candidata fuera la secretaria general del PSOE, un partido que necesita "abrir un nuevo tiempo" y que requiere de un "nuevo liderazgo".

A la exvicepresidenta, según un mensaje leído en el acto, le "encantaría" que una mujer "formada y preparada" ocupara "por fin" el principal puesto del PSOE.

Chacón ha jugado en casa por la tarde en Barcelona, donde ambos candidatos han utilizado términos futbolísticos para definir esta carrera por el liderazgo socialista en sus intervenciones ante delegados socialistas catalanes.

La exministra ha afirmado que ha pasado "la eliminatoria", está "cerca de la copa y con muchas ganas de trabajar para ganar".

En cambio, Rubalcaba ha dicho él se sentía en la capital catalana "como cuando el Real Madrid vino la semana pasada a jugar con el Barça, y parecía que el resultado no era favorable, y luego se fue con un empate".