En la Audiencia Nacional el juez Ruz sigue investigando el origen de la fortuna de Jordi Pujol Ferrusola en el extranjero. El magistrado analiza transacciones de hasta 8 millones y medio de euros que 17 empresas realizaron a cinco sociedades del primogénito de Jordi Pujol. Este jueves toma declaración a 18 testigos.
Los empresarios que han declarado hoy ante el juez Pablo Ruz han defendido que las comisiones millonarias que pagaron al primogénito del expresidente catalán Jordi Pujol por mediar en negocios privados fueron legales y fruto de trabajos reales y no ficticios, tal y como sospecha la Policía.
Ruz ha tomado hoy declaración a once imputados, ocho de ellos empresarios, dentro de su investigación sobre el origen de la fortuna en el extranjero de Jordi Pujol Ferrusola, y todos ellos han defendido que el hijo de los Pujol no intermedió para conseguir favores políticos.
Aparte de los empresarios, también han declarado tres miembros de su ex familia política, entre ellos su exsuegro Ramón Gironès Pagés, que ha desvinculado al que fuera su yerno de la compra por parte de la empresa Copisa de unos terrenos en L'Hospitalet de Llobregat que luego se recalificaron y ganaron valor.
Gironés ha dicho que fue él quien intermedió y pactó cobrar una comisión del 3% por esta compraventa, aunque finalmente se embolsó el 1, y ha sostenido que se trató de una cosa exclusivamente suya con unos conocidos.
Según fuentes presentes en el interrogatorio, Gironès ha explicado que el propietario de los terrenos y dueño de la empresa Focio le dijo que tenía problemas para conseguir que el Ayuntamiento de Barcelona recalificara los terrenos y él se ofreció para ponerle en contacto con el arquitecto de ese consistorio Xavier Corominas, quien hoy también ha declarado como imputado.
El dueño de los terrenos le prometió un 3% de comisión a cambio -finalmente recibió solo un 1%- si la operación salía adelante. "Se me abrió el cielo", ha manifestado Gironès al exponer la alegría por conseguir ese dinero.
La factura por la comisión no se emitió a su nombre porque su gestor fiscal le recomendó que, dado que era un empleado público, se hiciera al de su mujer, quien hoy ha declarado al juez que ella firmó lo que le presentó su marido sin preguntar qué era.
En relación a esta compraventa también ha hablado Corominas y ha limitado su participación en presentar un contencioso en el consistorio para conseguir su recalificación, por lo que recibió otro 1%. Copisa facturó numerosos trabajos a Pujol Ferrusola, y su directivo Xavier Tauler es uno de los empresarios que hoy ha declarado, afirmando que efectivamente intermedió en negocios inmobiliarios a cambio de comisiones de entre el 1% y el 2%.
Tanto él como otros cuatro empresarios han reconocido el pago de estas comisiones por intermediar en negocios, aunque solo uno ha presentado un contrato escrito para demostrarlo, ya que el resto ha afirmado que se basaban en contratos verbales.
Quien ha aportado contrato ha sido Carlos Sumarroca Claverol, de la empresa Emte, que ha defendido el trabajo de asesoría que Pujol Ferrusola se ofreció a hacer para su compañía y por el que cobró un total de 132.800 euros en 2008.
En concreto, ha explicado que el hijo de Pujol intermedió para conseguir que la empresa abriera una filial en México porque tenía contactos en ese país, y ha negado que este contrato respondiera en realidad a una comisión por adjudicaciones públicas. En su defensa, ha añadido que los contratos de la Generalitat no son más de un 5% del volumen de facturación de la empresa.
Luis Delso, presidente de Isolux, ha dicho que le pagó 1,2 millones por interceder en la adjudicación de autopistas en México, un proceso que estaba dando muchos problemas a su empresa, y ha reconocido que cuando Pujol Ferrusola actuó en ese país desaparecieron todas las trabas para presentarse al concurso.
También le pagó 600.000 euros para que consiguiera un contrato eléctrico en Gabón. Ambas intermediaciones estaban exclusivamente basadas en contratos verbales y Delso ha reconocido no controló si Pujol Ferrusola realizaba efectivamente alguna gestión porque se fiaba de él.
Otro empresario, Alejandro Guerrero, ha explicado que Pujol Ferrusola le ofreció construir apartamentos en Ibiza, Vich y L'Hospitalet, negocios en los que consiguió inversores y cobró honorarios de hasta 1,5 millones, en el caso de este último municipio (2,5% de comisión).
Gustavo Buesa, amigo del primogénito de los Pujol, ha negado que intercediera para conseguir licencias municipales para su empresa de basuras, en la que entró como socio, aunque ha reconocido que le pagó comisiones por intentar expandir su negocio en México.
A diferencia del resto de empresarios con excepción de Sumarroca, Buesa ha presentado documentación para probar que Pujol Ferrusola hizo efectivamente estos trabajos de intermediación en el país centroamericano.