Sáenz de Santamaría y Antonio Hernando se reprochan mutuamente casos de corrupción
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Antonio Hernando, aprovecharon su particular cara a cara en el Pleno para reprocharse mutuamente casos de corrupción.
En la sesión de control al Ejecutivo, Hernando reclamó a Sáenz de Santamaría que reconozca su "responsabilidad" por el nombramiento del delegado del Gobierno en Valencia, Serafín Castellano, que fue cesado el 29 de mayo tras ser detenido por la Policía acusado de corrupción en la concesión de contratos públicos durante su etapa como consejero de Gobernación de la Generalitat Valenciana.
El dirigente socialista sacó a relucir varias respuestas parlamentarias de la vicepresidenta a preguntas del PSOE sobre Castellano previas a la detención y cese, en las que Sáenz de Santamaría llegó a calificar de "rotundamente falsas" algunas de las acusaciones de los socialistas sobre las adjudicaciones.
Precisamente, según recordó Hernando, tras la última respuesta en defensa de Castellano, "72 horas después era detenido por corrupción". Ante ello, la vicepresidenta defendió su actuación porque "la misma mañana" que se produjo la detención fue cesado como delegado del Gobierno.
No obstante, el dirigente socialista insistió en que Sáenz de Santamaría debería asumir su responsabilidad por haber defendido a Castellano pese a las "sospechas" de corrupción. "Por ahora que es vicepresidenta y portavoz, y en el desempeño de esas funciones, si tiene una gota de humildad reconocería que nunca debió nombrar a Castellano, que no comprobó las acusaciones de corrupción que había contra él y que lo tuvo que cesar mucho antes", declaró.
"Se remangará y con tono arrogante me acusará de cualquier cosa, pero ninguna de las acusaciones van a tapar su irresponsabilidad como vicepresidenta nombrando a Castellano, tampoco que tuvo pasividad en perseguir la corrupción de Castellano y ni mucho menos las mentiras que trasladó al Congreso de los Diputados", agregó.
Ante estas acusaciones, la 'número dos' del Ejecutivo le dijo a Hernando que practica el refrán "consejos vendo que para mí no tengo", porque "le encanta hablar de corrupción pero su bancada es su mayor autoenmienda", mientras considera que ella ha asumido su responsabilidad al cesar a Castellano. Asimismo, le dijo a Hernando que pide "incompatibilidades" pero sólo para España y no para el extranjero, en alusión a las informaciones sobre sus contactos con un partido de Panamá.
En este sentido, la vicepresidenta aprovechó para reprochar que los socialistas tienen "sentado en el escaño a quien se puede sentar en el banquillo", en referencia a Manuel Chaves, expresidente andaluz que compareció en el Tribunal Supremo como imputado por el caso de los ERE, pero ante la ausencia del diputado andaluz dijo que "no viene a escucharle a hablar de corrupción porque tiene que darle apuro".
La vicepresidenta del Gobierno también sacó a relucir el caso del dirigente socialista de Melilla investigado por "compra de votos", así como la polémica sobre la mina de Aznalcóllar, que afecta a "un gobierno en funciones (Andalucía) que adjudica un contrato sin el más mínimo rigor", así como las "detenciones en las delegaciones de Empleo" en Andalucía.
Por último, Sáenz de Santamaría le dijo al portavoz socialista que es "el mayor aficionado a hablar de corrupción en esta Cámara, pero el menos indicado; vaya tomando decisiones y menos darle lecciones a los demás, aplíquese el cuento".
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