El secretario general del PSOE y candidato a la investidura como presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, deberá volver el próximo viernes al Congreso de los Diputados para someterse a una segunda votación, tras ser derrotado.
Sanchez recibio 130 vostos a favor (89 del PSOE, 40 de Ciudadanos y uno de Nueva Canarias), 219 en contra y una abstención (Coalición Canaria). Para ser elegido presidente, Sánchez necesitaba conseguir el respaldo de la mayoría absoluta del Congreso, es decir, al menos 176 diputados.
De acuerdo con el artículo 99 de la Constitución, se ha convocado una nueva votación en el plazo de 48 horas, en la tarde del viernes. Será a las 18:30 horas, según ha comunicado el presidente del Congreso, Patxi López.
En ella, el candidato socialista sólo necesitaría la mayoría simple, lo que implica tener más votos a favor que en contra de su investidura. Se trata de un objetivo que, de acuerdo con esas intervenciones de los diversos líderes políticos, tampoco parece factible que consiga.
La segunda jornada de la sesión de investidura del líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha terminado pasadas las 19:50 horas después de más de nueve horas de debate, en el que han tomado la palabra los portavoces de los grupos parlamentarios para responder a la propuesta de gobierno del candidato socialista.
"ARRANQUEMOS A LA VELOCIDAD QUE ACORDEMOS, PERO AVANCEMOS"
El pleno comenzaba a las nueve de la mañana con el discurso del presidente del PP y del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, al que han seguido el resto de portavoces de mayor a menor, acabando el portavoz del grupo que sustenta al candidato, Antonio Hernando.
Sánchez ha cerrado la sesión haciendo un llamamiento a todos los diputados, sobre todo los de fuerzas de izquierda, a poner en marcha "el cambio". "Ante esta votación, todos y cada uno de nosotros podremos votar sí o no, nosotros ya hemos decidido: vamos a votar que sí", ha proclamado desde su escaño, tras la intervención del portavoz del grupo parlamentario socialista, Antonio Hernando.
"Pongamos en marcha el cambio y arranquemos a la velocidad que acordemos las fuerzas del cambio, pero avancemos", ha añadido.
Sánchez ha dado por cumplidos los tres objetivos que se marcó al aceptar el encargo del Rey de intentar formar Gobierno, tanto a los españoles, como ante los diputados y ante las instituciones del Estado.
Así, ha asegurado que el PSOE ha demostrado a los españoles que es un instrumento de cambio, que ha interpretado "bien" los datos del 20D y que seguirá siendo una fuerza de cambio que tiende la mano al resto de grupos. También ha demostrado a los 350 diputados, sobre todo a los que representan a las fuerzas del cambio, que éste es posible con el diálogo, como han hecho los socialistas con Ciudadanos.
En este punto ha reconocido el trabajo del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y de su grupo parlamentario. También ha cumplido, ha dicho, con las instituciones de Estado, porque "por fin hoy se pone en marcha el reloj de la democracia que había paralizado quien hoy no está aquí", en alusión al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, que declinó someterse a la investidura.
"¿Qué hubiera pasado si yo hubiera dicho no al Rey?", se ha preguntado Sánchez para justificar su paso al frente con el fin de desbloquear la situación.
INDIGNACÓN EN LA BANACADA SOCIALISTA
La bancada socialista ha recibido con indignación el agrio discurso que ha dedicado al PSOE el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, durante el debate de investidura de Pedro Sánchez. Muchos diputados consultados por Europa Press creen que hoy es "imposible" que ambos partidos se pongan de acuerdo y algunos empiezan a pedir "más caña" al líder del partido morado.
Lo que ha encendido a los socialistas ha sido la grave acusación final lanzada por Iglesias al ex presidente de Gobierno Felipe González, de quien ha dicho que está "manchado de cal viva", pero, al margen de esta 'perla', todos han visto una intervención cargada de insultos a su partido. "Se ha pasado de frenada", apuntaban varios diputados.
Aunque algunos miembros de la dirección insisten en que todavía hay tiempo para pactar si se habla de políticas concretas, la mayoría de los diputados socialistas coinciden en que a día de hoy no es posible llegar a acuerdos con Podemos. E incluso descartan un futuro voto favorable, más allá del próximo viernes.
Así las cosas, hay quien ya empieza a pedir "más caña" a Iglesias y han apuntado que, si hay que ir a nuevas elecciones, el tono tiene que endurecerse. "De perdidos al río", afirmaba una diputada socialista.