El Pleno del Senado ha aprobado este miércoles por unanimidad la reforma de la Ley del Régimen Electoral General que pone fin al voto rogado que desde hace más de diez años se exige a los electores residentes en el extranjero. En su lugar, el texto incorpora una serie de medidas destinadas a facilitar la participación de los votantes del exterior.
De esta manera, la Cámara Alta ha ratificado sin cambios y por unanimidad el texto que venía del Congreso, por lo que esta reforma ha quedado aprobada de manera definitiva ya y entrará en vigor una vez se publique en el Boletín Oficial del Estado (BOE), en los próximos días.
En 2011, tras la acumulación de denuncias de irregularidades con el voto de los emigrados, especialmente en comicios gallegos, los principales partidos pactaron un sistema que obliga a los inscritos en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA) a pedir el voto con antelación para poder ejercer el sufragio.
Ese sistema del voto rogado, acordado por PP, PSOE, PNV y CiU, acabó de un plumazo con las sospechas de fraude, pero también provocó el desplome de la participación electoral desde el extranjero. Con el paso de los años, hasta los impulsores de aquella reforma se fueron arrepintiendo y abogaron por dar marcha atrás.
Una década de participación en cotas mínimas
Más de una década después, las Cortes han aprobado con una amplia mayoría esta reforma que acaba con ese requisito y en su lugar introduce modificaciones para facilitar que los electores del exterior puedan votar en urna en las embajadas y consulados, además de por correo, y para asegurar que sus papeletas lleguen a tiempo para su escrutinio en España.
La reforma viene de una proposición de ley presentada en febrero de 2021 por los dos grupos que sustentan el Gobierno, el PSOE y Unidas Podemos, y que estuvo congelada por sucesivas prórrogas hasta el pasado mes de abril. En el Congreso, su articulado fue modificado mediante enmiendas pactadas con el PP y otros grupos de la oposición.
En el trámite parlamentario en ambas Cámaras se desecharon todos los asuntos ajenos al voto rogado y que se habían planteado a esta reforma, como la rebaja de la edad de voto a 16 años o la revisión de la proporcionalidad del sistema electoral. Esas otras propuestas ya se discutirán en la subcomisión creada en el Congreso para explorar la posibilidad de una reforma más amplia de la ley electoral (LOREG).
El nuevo procedimiento para los inscritos en el CERA permitirá que esos electores puedan descargarse las papeletas de Internet y adelantará el envío tradicional de la documentación electoral, con lo que podrán elegir entre las dos opciones.
El voto telemático, descartado por falta de garantías
Para facilitar la participación electoral, se ampliarán los centros para votación en urna, no sólo las embajadas sino todos los consulados y los centros oficiales que se habiliten. Y del mismo modo, se ampliarán los horarios y días de votación. Los principales partidos descartaron otras opciones como el voto telemático y el voto por delegación que defendían los independentistas catalanes, ya que consideran que no ofrecen suficientes garantías.
Además, se protegerá el envío de los votos emitidos en el extranjero estableciendo que se hagan llegar a España por valija diplomática. En consecuencia, se amplía dos días el plazo del escrutinio para que las papeletas lleguen a tiempo.
Los partidos celebran el consenso
Durante el debate en el Senado, casi todos los portavoces que han intervenido han coincidido en señalar que esta reforma permite "recuperar derechos", aunque algunos grupos han lamentado que "llega con once años de retraso".
"La política se equivocó hace diez años y hoy corrige un error, un agravio indeseable", ha proclamado el senador socialista César Mogo, algo en lo que han coincidido la mayoría de parlamentarios que han ido pasando por la tribuna.