Societat Civil Catalana (SCC), asociación contraria a la independencia, ha reunido a varios descendientes de familias protagonistas de la Guerra de Sucesión, en un acto de "reconciliación" junto a la tumba del que fuera conseller en cap de Barcelona en 1714, Rafael Casanova.
La Iglesia de San Baldiri de Sant Boi de Llobregat (Barcelona), donde se encuentra emplazada la tumba de Casanova, ha sido el escenario para una ofrenda floral a la que SCC ha querido dotar de un simbolismo distinto, como respuesta a los actos del Tricentenario organizados para la Diada de este año.
Societat Civil ha reunido así a Lluís Maria Gonzaga de Casanova-Cárdenas y Barón, a Monika de Habsburgo-Lorena (su esposa) y a Carles de Veciana i Batlle, descendientes respectivamente de Rafael Casanova, del archiduque Carlos y de Pere Antoni Veciana, quien fuera primer comandante jefe de los Mossos d'Esquadra.
"Esta ofrenda es un pequeño acto a favor de la unidad y la concordia. Especialmente necesario en un momento en que desde la Generalitat y otras instituciones se promueve una celebración que alimenta un relato mítico, romántico, simplificado, que busca exaltar y excitar, dividir entre buenos y malos catalanes", ha explicado el vicepresidente primero de SCC, Joaquim Coll.
En una rueda de prensa tras el acto, Coll ha lamentado que el relato de los hechos de 1714 desde el Govern "no trata de explicar ni ayudar a comprender la complejidad de nuestra historia, sino de levantar un telón de fondo que justifique el proyecto secesionista".
Para el historiador, la Guerra de Sucesión fue un conflicto "dinástico", que "al principio fue una guerra internacional, de ámbito europeo, pero después se convirtió en un cruel conflicto que enfrentó a territorios, ciudades y villas de España".
Contrario así a las "manipulaciones y abusos de la historia", ha criticado que, a su juicio, "se utilice el pasado para justificar el presente" y "cultivar el recuerdo de los vencidos frente a vencedores, de los héroes y patriotas frente a los 'botiflers' y traidores".
Societat Civil ha querido así, en este acto, desplegar el discurso de la "concordia y la reconciliación", contrario al "carácter belicista" del Tricentenario y la, en su opinión, "desafortunada" ofrenda floral que el president, Artur Mas, hará esta tarde en el Fossar de les Moreres, lugar simbólico del independentismo.
Tras recordar la frase expuesta en el Fossar con la leyenda de que "aquí no se entierra a ningún traidor", Coll ha considerado que "rendir homenaje a los muertos de aquella guerra no es rechazable, pero sí lo es el tono excluyente del discurso y la celebración".
De cara a la manifestación de la Diada que organizará mañana SCC en Tarragona, Coll ha "alentado" a los catalanes a participar en el 11 de septiembre, pero "no recordando las horas trágicas y divisiones civiles, sino el espíritu de concordia y reconstrucción posterior".
"Si se trata de extraer alguna lección -ha sentenciado-, más valdría recapacitar sobre el hecho de que, en aquel conflicto, los catalanes no teníamos nada que ganar y sí mucho que perder. Y que no fue la voluntad del pueblo lo que empujó a muchos catalanes a tomar determinadas decisiones, sino el deseo de algunas élites. Seguramente algo semejante también está pasando hoy".
Para la marcha en Tarragona se prevé que se fleten una treintena de autobuses; además, Renfe añadirá un tren más al servicio regular, un Talgo de 245 plazas, que partirá desde Barcelona y que regresará a última hora de la noche, según fuentes de SCC.
Coll ha celebrado que, "por fin", haya catalanes que han decidido "mojarse y nadar a contracorriente" del proceso soberanista, al tiempo que ha avanzado que la asociación no asistirá a la ofrenda de mañana en el monumento a Rafael Casanova en Barcelona, ya que "es inaceptable democráticamente que se haga en una estatua de la que cuelga una estelada (bandera independentista) cada año".