El exjefe militar de la banda terrorista ETA Mikel Garikoitz Aspiazu Rubina, alias Txeroki, ha negado hoy en un juicio la "autoridad" de la Audiencia Nacional para "juzgar a los vascos".Txeroki se ha acogido a su derecho a no declarar en la vista por la causa en la que está acusado de ordenar un atentado con coche bomba perpetrado el 26 de agosto de 2007 en Castellón, que sólo causó daños materiales, hechos por los que el fiscal Daniel Campos pide para él 17 años de cárcel por los delitos de tenencia de explosivos, daños y robo.
Al inicio de la vista oral la abogada de la defensa ha solicitado que se evalúe en el juicio un informe médico sobre las condiciones físicas y psicológicas en las que el etarra Martín Sarasola prestó declaración contra Txeroki, al considerar que se trata de la "base fundamental" de la acusación contra su cliente, y ha pedido la comparecencia de los peritos que realizaron el informe.El tribunal ha considerado innecesaria esa comparecencia pero ha admitido la copia del informe aportada por la defensa de Txeroki, que acumula sentencias a más de 400 años de prisión en España y Francia.
El otro acusado en esta causa, Joseba Anton Aranibar, a quien la Guardia Civil define como "colaborador fundamental" y "segundo de Txeroki", ha negado en respuestas a su defensa haber dado instrucciones para la planificación del atentado. Los peritos han destacado el paralelismo entre el atentado de Castellón y el de la T4 del aeropuerto de Madrid-Barajas, tanto en la forma de ejecutarlo como en las consecuencias que buscaba la banda.
De acuerdo con el escrito del fiscal, Txeroki ordenó a cuatro miembros del comando Elurra robar una autocaravana a punta de pistola en Messanges (Francia), donde retuvieron durante tres días al matrimonio propietario y a su hijo, y desplazarse en el vehículo hasta Venta de Baztán (Navarra). Desde allí, los etarras Igor Portu y Martin Sarasola (ambos condenados a ocho años de prisión por estos hechos), también por instrucciones de Txeroki, se dirigieron a Castellón, donde se dieron cuenta de que la Guardia Civil se había percatado la presencia de la furgoneta.
Por ello la abandonaron con entre 500 y 1.000 kilos de amonal que detonaron con un temporizador, junto a una torre de alta tensión, causando únicamente daños materiales, si bien un TEDAX de la Guardia Civil ha señalado en la vista oral que la "gran cantidad de explosivo" que se empleó podría haber causado "daños personales terroríficos". En concreto, la explosión creó un cráter de 3,5 metros de ancho, 3 de largo y 60 centímetros de profundidad, daños por importe de 50.000 euros en la citada torre de alta tensión y un incendio que requirió la intervención de equipos de bomberos.
Por su parte, Sarasola ha comparecido en calidad de testigo sobre estos hechos y se ha desdicho de sus declaraciones policiales, que ha calificado de "falsas" y hechas en contra de su voluntad porque estaba "obligado por la Guardia Civil".
Al final de la vista oral varios familiares de Txeroki y Aranibar presentes en la sala han vitoreado a los acusados, actitud que les ha recriminado la presidenta del tribunal, Manuela Fernández de Prado. El juicio seguirá previsiblemente el próximo 4 de febrero con las conclusiones de las partes.