El exjefe etarra Garikoitz Aspiazu Rubina, alias 'Txeroki', ha asegurado en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional sobre un atentado de la banda terrorista en Bilbao el 12 enero de 2002 que no intervino en los hechos, perpetrados con un coche-bomba que causó heridos leves y más de un millón de euros en daños materiales.
"No participé en esta acción y no sé nada al respecto", ha respondido en euskera a la única pregunta que le ha formulado su abogado defensor, la única parte a la que ha querido contestar.
La Audiencia Nacional (AN) ha arrancado esta mañana el juicio a 'Txeroki', que se enfrenta a una petición fiscal de 32 años de cárcel. La vista se celebra después de que Francia lo entregara en agosto para que sea enjuiciado por este atentado y comparezca por otras causas relacionadas con la banda terrorista. Fuentes policiales confirmaron a Europa Press que el que fuera dirigente de ETA permanecerá recluido en la cárcel madrileña de Soto del Real.
El Ministerio Fiscal lo considera autor de los delitos de estragos terroristas, robo y hurto de vehículo con intimidación y fines terroristas, y detención ilegal con iguales fines. Y además de los 32 de cárcel, reclama 75 años de inhabilitación absoluta, según su escrito de conclusiones provisionales, recogido por Europa Press.
El fiscal plasma en el escrito que el coche-bomba estalló en torno a las 13:45 horas del 12 de enero de 2002, hiriendo de manera leve a algunas personas y provocando "múltiples" daños materiales en viviendas, vehículos y establecimientos de los alrededores. ETA reivindicó la autoría del atentado el 4 de abril de ese mismo año.
Colocado por el 'comando K-Olaia', del que formaba parte entonces 'Txeroki', en el coche había un artefacto compuesto por 30 kilos de explosivo tipo dinamita y un sistema de activación por temporizador, con un seguro de armado y dos detonadores eléctricos en paralelo.
INDEMNIZACION MILLONARIA
El coche-bomba se lo habían robado, una hora antes de hacerlo explotar, a una persona, a la que "dos varones" se presentaron "en nombre de ETA", lo amenazaron con una pistola y le obligaron a meterse en la parte trasera, le pusieron una capucha y le ataron las muñecas con cuerdas, diciéndole que colaborase con ellos.
Minutos después, y cuando habían conducido tan solo unos cuantos metros, bajaron al rehén del vehículo y lo ataron a un árbol, "permaneciendo así durante un periodo de tiempo aproximado de dos horas, hasta que fue liberado por varios agentes de la Ertzaintza, a las 15.15 horas, aproximadamente", se apunta en el escrito fiscal.