El lehendakari, Iñigo Urkullu, considera que el conflicto político catalán es "de dimensión europea" y demanda una solución de diálogo, negociación y acuerdo. "Una solución que permita conciliar realidad y realismo, legalidad y legitimidad, voluntad de libre adhesión en Estados compuestos de diferentes realidades nacionales en una fórmula de unión voluntaria", precisa.
En un artículo titulado 'Las naciones en la construcción de Europa', que publicará este martes el diario inglés The Guardian y que ya recoge en parte este medio en su web, el lehendakari expresa su "honda preocupación" por la crisis política que se vive en relación a Cataluña, que considera "no incumbe sólo al Estado español", sino que "concierne al conjunto de la Unión Europea".
Según indica, "esta crisis está afectando al modelo de encaje de pueblos cuyas sociedades vienen expresando, históricamente, una voluntad de autogobierno". "Esta voluntad arraigada en Cataluña o el País Vasco, no se manifiesta en contraposición al proyecto europeo, sino que se vincula a su europeísmo. El resultado de la crisis de Cataluña tendrá efectos en el conjunto de la Unión", asevera.
A su juicio, la "ausencia de voluntad política de diálogo orientado al acuerdo ha provocado esta situación". "El Gobierno español debería abrir, de inmediato, una vía de diálogo con realismo, dado que está en juego el concepto de soberanía", señala.
Para ello, plantea un principio de responsabilidad que dé preferencia al pacto y evite cualquier fractura social o política interna o entre ámbitos territoriales o institucionales. "Un principio de realidad que reconozca la existencia de un conflicto entre voluntades sociales mayoritarias que, en cuanto a su proyecto nacional, se manifiestan de forma divergente en Cataluña, el País Vasco y el resto del Estado español", explica.
El jefe del Ejecutivo vasco dice no poder entender, ni compartir, la forma de gestión de la crisis en relación, "hace más de una década al País Vasco y, ahora, a Cataluña". "Actuar con responsabilidad significa anticipar las consecuencias de las decisiones políticas, judiciales, penales y policiales que se impulsan. No se ha hecho y la realidad se acerca a un escenario de escisión social y ruptura política, institucional y emocional que será muy difícil revertir", advierte.
REINO UNIDO Y ESCOCIA
Tras señalar que los responsables institucionales y políticos deben formar parte de las soluciones, "no de los problemas", destaca que "contamos con modelos, cercanos y recientes, para arbitrar soluciones acordadas que conjuguen el principio de legalidad y el principio democrático".
"Es la ley de claridad en la relación entre Quebec y Canadá o el acuerdo de referéndum legal y pactado entre Escocia y Reino Unido. Estas consultas han permitido a la ciudadanía expresarse y comprobar que su opinión ha sido tenida en consideración. Constituyen un precedente de resolución civilizada, constructiva y democrática de una discrepancia", argumenta. En el País Vasco, tras décadas de violencia y terrorismo, el lehendakari indica que se está impulsando una vía de solución al futuro del autogobierno, en un modelo que "conjuga construcción nacional y construcción social con la participación, por primera vez, de todas las tradiciones políticas vascas".
Según explica, la premisa es que el "ideal del autogobierno se encuentra en la concordia y convivencia entre identidades diferentes, desde el respeto y reconocimiento mutuo". "Este ideal es de aplicación a la articulación del Estado español plurinacional, supone asumir el reconocimiento jurídico-político, social y cultural de las realidades nacionales catalana o vasca, además de la española, y propone una visión constructiva y pactada a la redistribución de soberanía", añade.
SOBERANIA COMPARTIDA
En esta línea, Urkullu afirma que el objetivo de convivencia entre identidades diferentes se puede alcanzar asumiendo el concepto europeo de cosoberanía o soberanía compartida. Sobre esta base, aboga por habilitar cauces legales para que las comunidades políticas que, mediante decisión expresa de sus instituciones parlamentarias de autogobierno, quieran consultar a la ciudadanía sobre su futuro, puedan hacerlo.
Además, el lehendakari apuesta por una Europa de gobernanza multinivel, abierta a una estructura basada en el principio de subsidiariedad que permita un reparto de competencias y de soberanía. "Una Europa capaz de aunar los elementos positivos de los modelos confederal y federal, construida de abajo arriba, que base su Unión en el reconocimiento de la diversidad de los pueblos, naciones y culturas que la integran", precisa.