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522 españoles asesinados en la Guerra Civil beatificados en Tarragona
- El Papa pide imitar a los mártires para salir del egoísmo y no ser mediocres
- La Iglesia ya ha beatificado a 1.523 mártires del siglo XX en España
El papa Francisco recordó durante el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro la beatificación en Tarragona (España) de 522 españoles "asesinados por su fe durante la Guerra Civil española" y pidió que su "valiente testimonio" y "su intercesión" sirva para liberar al mundo de la violencia.
"Alabemos al Señor para que sus valientes testimonios y su intercesión sirvan para liberar al mundo de la violencia", dijo el papa argentino.
La oficina de prensa del Vaticano también difundió el texto del mensaje en vídeo que Francisco envió a la ceremonia de beatificación de los 522 españoles y en el que reflexionó sobre lo que significa ser "mártir".
"Me uno de corazón a todos los participantes en la celebración, que tiene lugar en Tarragona, en la que un gran número de Pastores, personas consagradas y fieles laicos son proclamados Beatos mártires", comenzó el papa su mensaje.
Durante la ceremonia en Tarragona, la beatificación más numerosa de la historia de la Iglesia católica, fueron proclamados beatos 522 españoles considerados oficialmente "mártires de la persecución religiosa del siglo XX en España".
La mayoría de estos 522 españoles fueron asesinados durante la Guerra Civil española (1936-1939) supuestamente a manos del bando republicano.
"¿Quiénes son los mártires? Son cristianos ganados por Cristo, discípulos que han aprendido bien el sentido de aquel amar hasta el extremo que llevó a Jesús a la Cruz. No existe el amor por entregas, el amor en porciones. Cuando se ama, se ama hasta el extremo", explicaba Francisco en su mensaje.
En este mensaje, el papa no hizo referencia a la vida de estos beatos o a la Guerra Civil española, sino que reflexionó únicamente sobre el sentido de ser mártir y añadió que "siempre hay que morir un poco para salir de nosotros mismos, de nuestro egoísmo, de nuestro bienestar, de nuestra pereza, de nuestras tristezas, y abrirnos a Dios, a los demás, especialmente a los que más necesitan".
"Imploremos la intercesión de los mártires para ser cristianos concretos, cristianos con obras y no de palabras; para no ser cristianos mediocres, cristianos barnizados de cristianismo pero sin sustancia", agregó.
Los mártires, añadió, "no estaban barnizados, eran cristianos hasta el final, pidámosles su ayuda para mantener firme la fe, aunque haya dificultades, y seamos así fermento de esperanza y artífices de hermandad y solidaridad".
Algunos movimientos cristianos habían discrepado sobre este tipo de beatificaciones en las que se recuerda sólo a una parte de las víctimas de la Guerra Civil.
LA IGLESIA NO BUSCA CULPABLES
El prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, ha destacado este domingo que la Iglesia "no busca culpables" con la beatificación de 522 mártires del siglo XX que murieron en España fruto de la persecución religiosa de los años 30.
En su homilía en la celebración solemne en el Complejo Educativo de Tarragona, ha defendido que la Iglesia es "casa del perdón" y que, con este gesto, quiere glorificar a estos testigos heroicos del Evangelio.
"En el periodo oscuro de la hostilidad anticatólica de los años 30, vuestra noble nación fue envuelta en la niebla diabólica de una ideología" que anuló a millares de ciudadanos pacíficos, incendiando iglesias y símbolos religiosos, cerrando conventos, escuelas católicas y destruyendo parte del patrimonio, ha añadido.
El cardenal ha subrayado que los mártires no fueron caídos de la Guerra Civil, sino "víctimas de una radical persecución religiosa, que se proponía el exterminio programado de la Iglesia", y estos mártires no eran provocadores sino personas pacíficas.
Para Amato, el acto, al que han acudido más de 25.000 peregrinos, es una "fiesta de la celebración, del perdón dado y recibido", y ha remarcado que esta celebración quiere gritar fuertemente al mundo que la Humanidad necesita paz, y nada puede justificar la guerra, el odio fratricida y la muerte del prójimo.
Amato ha indicado que los mártires se opusieron al furor del mal, como un muro se opone a "la violencia monstruosa de un tsunami", y que la Iglesia invita también a los perseguidores a no temer la conversión, a no tener miedo del bien y a rechazar el mal.
Además, ha dicho "España es una tierra bendecida por la sangre de los mártires", y ha recordado que la Iglesia ha beatificado en 14 ceremonias a más de 1.000 católicos víctimas de la persecución religiosa de los años 30.
LA MAS NUMEROSA EN ESPAÑA
Según él, se trata de la ceremonia de beatificación más grande que ha habido en España y que los mártires, de una media de edad de 43 años, fueron formados con una "verdadera pedagogía martirial", puesto que eran advertidos del peligro mortal en que se encontraban.
Bajo el lema 'Los mártires del siglo XX en España, firmes y valientes testigos de la fe', la beatificación se ha celebrado en Tarragona por sumar el grupo más numeroso de los mártires --con 147-- y por el deseo de la archidiócesis de unir estos mártires con los primeros cristianos del siglo III que murieron en Tarragona: San Fructuoso, San Eulogio y San Augurio.
LA IGLESIA YA HA BEATIFICADO A 1.523 MARTIRES
Los 522 mártires beatificados hoy en Tarragona se suman a los 1.001 del siglo XX que hasta hoy han sido beatificados en España, según datos de la Conferencia Episcopal Española.
De los 1.523 mártires beatificados del siglo XX en España, once ya han sido canonizados.
Se trata de nueve hermanos de las Escuelas Cristianas -La Salle- (ocho mártires en Turón (Asturias), durante la Revolución de octubre de 1934, y uno en Tarragona en 1937); del sacerdote pasionista Inocencio de la Inmaculada, mártir también en Turón (todos ellos fueron canonizados en Roma, en 1990) y el sacerdote diocesano Pedro Poveda Castroverde, martirizado en Madrid en 1936 y que fue canonizado por Juan Pablo II en 2003.
Según datos de la Conferencia Episcopal Española, la edad media de los mártires beatificados hoy es de 43,59 años y 131 de ellos tenían 30 años o menos en el momento de ser asesinados.
El más joven tenía 18 años recién cumplidos, el carmelita José Sánchez Rodríguez, y la más anciana, con 86 años, era la monja Sierva de María Sor Aurora López González.
Sor Aurora nació en San Lorenzo (Madrid), el 28 de mayo de 1850 e ingresó como postulante en las Siervas de María, en la casa de El Escorial en 1874, para perpetuar sus votos en 1879.
En año 1885 fue nombrada Superiora de Arévalo. Volvió a Madrid en 1893, luego la destinaron a El Escorial, donde desempeño el cargo de Consiliaria y residió también en las comunidades de Salamanca, Alcalá de Henares, Cabeza del Buey, Jaén, Cuidad Real y por último en Pozuelo de Alarcón.
En julio de 1936, la casa de Pozuelo de Alarcón fue tomada por milicianos y las monjas huyeron, aunque Sor Aurora fue reconocida y ejecutada en la noche del 6 al 7 de diciembre de 1936 en Aravaca (Madrid)
El beato más joven, José Sánchez Rodríguez, fue clérigo profeso de los Carmelitas de la Antigua Observancia, y había nacido el 2 de agosto 1918 en Pajares de la Lampreana (Zamora).
A las cinco de la mañana del lunes 27 de julio de 1936, varios guardias de asalto entraron en el Convento de El Carmen de Onda (Castellón), donde estaban una treintena de estudiantes carmelitas, entre ellos el hermano José, que, tras un periplo para llegar a Madrid, fue asesinado el 18 de agosto de 1936 en Carabanchel Bajo (Madrid).
El hecho de que Tarragona haya acogido hoy la beatificación de los 522 nuevos mártires se debe a que es la archidiócesis con más causas, con un total de 147 mártires, y también a que cuenta con una gran historia de fe cristiana y martirial.
Según la historia eclesial, el obispo de Tarragona Fructuoso y sus dos diáconos Augurio y Eulogio, que fueron martirizados en el año 259 en el anfiteatro romano de la capital tarraconense, fueron probablemente los primeros mártires hispanos.