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Ocho de cada diez españoles consideran que el reinado de Felipe VI será bueno o muy bueno para España, y el 68,1% de los ciudadanos cree que el nuevo monarca impulsará la renovación que necesita España.

Según un sondeo realizado por NC Report y publicado hoy por La Razón, el 10,9 por ciento de los 800 encuestados entre el 11 y el 14 de junio entiende que el reinado de Felipe VI será malo o muy malo para el país, y el 24,9 por ciento opina que no conseguirá regeneración alguna.

Sobre la próxima ceremonia de proclamación del Rey, nueve de cada diez españoles están de acuerdo con que el acto sea sobrio, mientras que un 5,5 por ciento habría preferido una proclamación más suntuosa y costosa.

Siete de cada diez encuestados entienden que la Monarquía es garantía de estabilidad, en tanto que un 23,5 por ciento opina lo contrario.

Para el 64,5 por ciento de los encuestados, la instauración de una tercera república no solucionaría los problemas de España, y a juicio de un 21,4 por ciento un cambio de régimen aliviaría la crisis económica.

REYES CON ESTILO PROPIO

Cordiales, cercanos, de trato sencillo y con un toque de campechanía, como manda la tradición de los Borbones, los todavía Príncipes de Asturias, Felipe y Letizia, han cincelado a lo largo de una década de matrimonio una imagen fresca que simboliza el cambio generacional de la Corona.

Un cambio en el que la naturalidad y la cercanía de los nuevos Reyes serán, previsiblemente, señas de identidad de la pareja Real, del mismo modo que en el Reino Unido el carácter alegre y risueño de Kate Middelton, duquesa de Cambridge por su matrimonio con el Príncipe Guillermo, ha contribuido a incrementar la popularidad de la familia Windsor.

Hace más de una década de la espontánea interrupción de Letizia Ortiz, el día de su pedida de mano y ante una multitud de periodistas, y desde entonces y hasta donde el protocolo lo permite, los futuros reyes se desenvuelven con naturalidad en actos públicos: se cogen de la mano, intercambian miradas cómplices, hablan de sus hijas y agradecen las muestras de cariño de los ciudadanos anónimos.

Una de sus mayores preocupaciones, en especial de la Princesa de Asturias, ha sido compatibilizar sus obligaciones institucionales con una vida privada lo más normal posible junto a sus dos hijas, su familia y amigos.

En su vida privada se prodigan en actividades propias de una pareja de su edad, salen con sus amigos, los de ella de su etapa como periodista y los de él de sus años de colegio; les gusta el cine en versión original, y disfrutan de veladas gastronómicas en restaurantes de todo tipo, de estrellas Michelin y carácter transgresor, como DiverXO, y otros más informales junto a sus hijas.

Célebre es también la afición de la Princesa Letizia por la música y sus visitas al FIB y el Dcode -festivales que probablemente jamás pensaron contar entre su público con una futura Reina-, mientras que en compañía del futuro Felipe VI, ha asistido a recitales de Hombres G. y Luz Casal, donde se han mezclado entre el público.

UNA REINA SENCILLA Y NATURAL

Esta naturalidad y sencillez también se aprecia en su forma de vestir. Doña Letizia escoge primordialmente diseño español: su creador de cabecera es Felipe Varela, pero su armario también mezcla firmas "low cost", como Zara y Mango, con otras más exclusivas.

Para los actos oficiales prefiere diseños de corte clásico y perfil discreto, y no le importa repetir ni transformar vestidos antiguos; para en sus momentos de ocio la futura Reina de España opta por ropa cómoda, como vaqueros pitillo y chaquetas de cuero, del modelo clásico al actual "biker" (motera).

El Príncipe, de gustos más conservadores, se hace los trajes a medida en una conocida sastrería del madrileño barrio de Salamanca, que también los confecciona para su padre, y solo cuelga el traje para los momentos de asueto, donde mantiene el estilo clásico: camisa y polo, acompañados por vaqueros o chinos.

Como padres han tratado siempre de que Leonor y Sofía tengan una vida lo más corriente posible, acorde a su edad. Aunque Leonor se convertirá en Princesa de Asturias tras la proclamación de su padre, los Príncipes prefieren que su vida no cambie sustancialmente. Por ello, permanecerá en el mismo colegio, e incrementará su actividad oficial a medida que crezca.

Las dos hermanas van al mismo colegio al que fue su padre y de pequeñas asistieron a la Escuela Infantil que la Guardia Real tiene en El Pardo. Entonces, cuando la agenda de los Príncipes era menos intensa, solían llevarlas personalmente a la guardería siempre que podían, para poco después irse, como unos padres más y algunos días, a desayunar a algún bar cercano.

Nada hace sospechar que esta cercanía, actividades y agenda extraoficial de los nuevos Reyes cambie sustancialmente tras su proclamación, como tampoco cambiarán de casa en La Zarzuela.