Los incidentes que se iniciaron en la noche de ayer en el barrio de Sants de Barcelona tras una nueva manifestación en protesta por el desalojo y la demolición del inmueble ocupado de Can Vies concluyeron hacia las 03.00 de la madrugada, con un balance de 8 detenidos, han informado los Mossos. Además del barrio de Sants, los altercados se extendieron por otros distritos de la ciudad, como los de Gràcia, Sant Martí y Sant Andreu, han indicado las mismas fuentes.
La oposición, asociaciones vecinales y la Síndica de Greuges de Barcelona (defensora de los barceloneses) han reclamado hoy diálogo para poner fin a los violentos incidentes ocurridos en el barrio de Sants las dos últimas noches tras el desalojo el lunes 26 del centro okupa Can Vies.
El balance de las dos últimas noches de incidentes y violentos enfrentamientos -que han sido condenados por las fuerzas políticas y sociales- entre los Mossos d'Esquadra y el movimiento okupa es de decenas de contenedores quemados y volcados y numeroso mobiliario urbano destrozado, daños que el Ayuntamiento de Barcelona ha valorado, falta de un balance definitivo, en unos 78.000 euros.
A estos daños hay que añadir los que han sufrido establecimientos y sedes bancarias.
Además, ocho personas han sido detenidas en las dos noches de incidentes en la capital catalana, aunque todas ya han quedado en libertad con cargos tras prestar declaración.
Los incidentes no se han limitado a Barcelona, sino que se han extendido a diversas poblaciones catalanas y doce sedes del partido Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) de Barcelona, Lleida y Tarragona, que han sufrido daños.
Las críticas han llovido hoy desde la oposición -tanto en el consistorio como en el Parlament- contra el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, y el conseller de Interior, Ramon Espadaler, a la vez que el Sindicato de Mossos d'Esquadra ha tildado de "patético" y escaso el dispositivo policial de anoche.
A sus críticas, los partidos ERC y PSC han sumado la petición de que se convoque una junta de seguridad de Barcelona para asegurar la coordinación policial.
Desde la Síndica de Greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, hasta partidos políticos y entidades vecinales, como la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAVB), han reclamado diálogo para poner fin a los altercados.
El alcalde Trias ha advertido: "No aceptaremos ni la violencia, ni los disturbios, ni el chantaje" y ha subordinado cualquier diálogo al fin de los actos violentos.
Portavoces del movimiento okupa, por su parte, han reclamado la dimisión del alcalde y la retirada del despliegue policial.
Estas posiciones enfrentadas hacen presumir que el diálogo para poner fin a los incidentes es muy difícil, y más teniendo en cuenta que a última hora de esta tarde están previstas nuevas concentraciones y protestas, no sólo en varios puntos de Barcelona, sino también en numerosas localidades catalanas.
El centro de Can Vies era un propiedad de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) desde 1925 y desde hacía 17 años los okupas lo habían convertido en un "centro social" y en un símbolo de este movimiento, por lo que su desalojo y derribo inmediato ha encendido una mecha que, por ahora, no tiene visos de apagarse.