La Audiencia Nacional ha condenado al expresidente de Fórum Filatélico, Francisco Briones, a 12 años, cuatro meses y 16 días de cárcel y multa de 49,7 millones de euros al considerarlo culpable de los delitos de estafa agravada continuada, insolvencia punible, falsedad contable y blanqueo. La sección primera de la sala de lo Penal condena además a otras 19 personas, incluido el ex asesor jurídico, Juan Ramón González, a seis años y tres meses de prisión y multa de 15,9 millones de euros por estafa agravada y blanqueo, cuantía idéntica a la que impone al que fuera director general de la filatélica, Antonio Merino, sobre el que pesan 2 años y tres meses de prisión como cómplice.
Al margen de ello, el tribunal establece que tanto Briones como González indemnicen a los 190.022 titulares de los 269.570 contratos filatélicos reconocidos por la administración concursal en una cantidad superior a los 3.700 millones de euros.
La sentencia, conocida esta mañana y de la que ha sido ponente el juez Ramón Saez, absuelve en cambio a los miembros del Consejo de Administración integrado por Miguel Ángel Hijón, Agustín Fernández, Francisco José López Gilarte y Juan Macía al valorar que no existe constancia de que intervinieran en la toma de decisiones, que conocieran la estructura clandestina de la empresa ni el funcionamiento de unos sellos "sobreestimados".
PARADIGMA DE LAS ESTAFAS PIRAMIDALES
La sala, que aplica como atenuante las dilaciones del proceso, considera probado que Fórum desarrolló entre 1998 y 2006 un negocio de captación masiva de dinero procedente de pequeños ahorradores, 268.804 clientes con contratos por valor de más de 3.000 millones de euros en el momento de la intervención judicial de la compañía en 2006, en lo que considera el "paradigma de las estafas piramidales".
Mediante la publicidad de sus productos, en la que apelaban a la revalorización "constante y sostenida" de los sellos, construyeron un "mercado cerrado, ajeno al del coleccionismo" amparándose en una filatelia de más de 121 millones de piezas "que tenía escaso valor en el mercado porque no había demanda que lo absorbiera".
Al respecto, los magistrados descartan que dicho producto, al que se refiere como el "activo casi exclusivo" de Fórum, pudiera soportar la inversión del cliente más la retribución garantizada, cuando "en realidad, la filatelia acumulada en grandes masas por la entidad estaba sobreestimada de forma espectacular y tenía un escaso valor".
El negocio generaba así pérdidas constantes a consecuencia del compromiso de recompra con intereses que incluían los contratos de los usuarios, de modo que Fórum sólo era capaz de mantener la actividad reteniendo a los inversores para que renovaran sus compromisos con la compañía y captando a nuevos que aportaran capital.
En este contexto, y a fin de presentar una imagen de solidez que incluyera la existencia de beneficios, la filatélica ocultaba de sus cuentas anuales las obligaciones de recompra, anotando como ventas la entrega del capital por parte del cliente y como compras la devolución del dinero más los intereses.
De todas estas decisiones responsabiliza tanto a Briones como a su administrador de hecho, Carlos Llorca, contra quien también se dirigía el proceso y que actualmente se encuentra en rebeldía; ambos, como hiciera antes el fundador del grupo, establecían la política de precios y el interés con el que se retribuía el dinero.