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Los precios de la gasolina y el gasóleo han registrado subidas del 1,9% y del 2,9%, respectivamente, en la última semana y vuelven a situarse cerca de sus máximos históricos, según datos recogidos a partir del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE).

La subida se produce antes del inicio de las vacaciones de agosto, en las que están previstos 40,7 millones de desplazamientos por carretera, según las previsiones de la Dirección General de Tráfico (DGT).

En concreto, el litro de gasolina cuesta en la actualidad 1,43 euros y acumula un encarecimiento del 5,3% desde enero, así como del 9,5% con respecto a la misma semana del año pasado. Este combustible se ha encarecido un 6% en lo que va de mes y se aproxima a su récord histórico de 1,498 euros el litro, alcanzado a mediados de abril.

Por su parte, el precio del gasóleo alcanza los 1,378 euros el litro y es un 3,6% superior al marcado en enero. Este combustible, consumido por cerca del 80% del parque automovilístico español, cuesta además un 7,4% más que en la misma semana de julio de 2011.

Los precios actuales obligan a un automovilista con un vehículo de gasolina medio de 55 litros a destinar 78,6 euros a su llenado, frente a los 75,79 euros necesarios para el llenado de un depósito de diésel.

Las subidas de precios de los combustibles de automoción coinciden con un leve encarecimiento del petróleo en los mercados internacionales. El precio del barril de crudo Brent, de referencia en Europa, cuesta 106 dólares, casi dos dólares más que la semana pasada, mientras que el barril de Texas americano se mantiene en 89 dólares.

MÁS BARATOS QUE EUROPA

El precio de los carburantes sigue siendo en España inferior a la media comunitaria. De hecho, la gasolina alcanza los 1,625 euros por litro en la UE de los 27 y los 1,645 euros en la eurozona, mientras que en el caso del gasóleo, el precio se sitúa en 1,488 euros por litro en la UE de los 27 y en 1,468 en la eurozona.

No obstante, la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) constata en un informe reciente que esta circunstancia se debe a que en España la carga fiscal sobre los combustibles es menor que en el resto de la UE. Si se toman los precios antes de impuestos, los precios de la gasolina y el gasóleo son en España de los más elevados de Europa.