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La candidata de Cs a las elecciones del 21 de diciembre, Inés Arrimadas, ha paseado este miércoles a medio día por su barrio en Barcelona en compañía de su marido, cuando ha sido increpada por un hombre.

Al salir de una tienda en la calle Travessera de Les Corts, un hombre les ha increpado mientras les grababa con el móvil: "`¡Fuera! `¡Fascistas! `¡Viva la república catalana de Cataluña!".

"`¡Fuera Ciudadanos, viva Cataluña! `Fascistas! No os queremos en este barrio. Adiós España", ha continuado en catalán el hombre mientras la pareja paseaba.

Ha sido el único incidente en una jornada de reflexión atípica, previa alas elecciones autonómicas catalanas de este 21 de diciembre.

Incertidumbre por los resultado y la situación de algunos, en prisión o en Bélgica, han motivado la ausencia de la tradicional foto de aspirantes a la Presidencia de la Generalitat.

Será la primera vez que un cabeza de lista, en este caso el número uno de Junts per Catalunya (JxCat), Carles Puigdemont, pase el día de reflexión en Bélgica, sin intención de regresar a Cataluña, para ejercer su derecho al voto, dada su delicada situación judicial.

Mientras los exconsellers Josep Rull, Jordi Turull y Carles Mundó están dedicando la jornada de reflexión a visitar a sus compañeros de Gobierno y a los líderes de ANC y Òmnium Cultural, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, encarcelados en las prisiones madrileñas de Estremera y Soto del Real.

Tras la visita y en un tuit, publicado en su cuenta personal, Mundó señala que Junqueras y Forn están bien, "muy agradecidos" con el apoyo recibido y confiando en que todo vaya "muy bien" pese a la tristeza "de no estar en casa abrazando a sus seres queridos".

Sobre la misma hora los exconsellers Josep Rull y Jordi Turull se han desplazado a la prisión de Soto del Real para visitar al líder de ANC y número dos de JxCat y al presidente de Òmnium Cultural.

PANORAMA INGOBERNABLE SEGÚN LAS ENCUESTAS

Las encuestas vaticinan un Parlament ingobernable con los 'comuns' como posible árbitro. 5,5 millones de catalanes están convocados este jueves a las urnas en unas elecciones autonómicas que servirán sobre todo para dirimir si los ciudadanos avalan la aplicación del artículo 155 de la Constitución que ha intervenido el autogobierno catalán y rechazan la independencia, o si dan un nuevo impulso al proceso soberanista.

En liza hay tres partidos que apuestan por desplegar, con matices, la República que se declaró en el Parlament: JuntsxCat, ERC y la CUP; otros tres que rechazan la independencia y dieron luz verde al 155, Cs, PSC y PP, y un séptimo, los 'comuns' (CatECP), que se distancian tanto del 155 como de la vía unilateral de los independentistas.

Todas las encuestas pronostican un Parlament muy fragmentado con ningún partido superando los 40 diputados --la Cámara tiene 135-- y también apuntan a que difícilmente alguno de los dos bloques logrará la mayoría absoluta que está en los 68 diputados o, si lo hace, será por un margen muy estrecho.

Ante este escenario, el riesgo que se dibuja es el de un Parlament ingobernable que puede dejar como árbitro de la política catalana a los 'comuns', un partido que, además, ya avisado de que no está dispuesto a abonar ninguno de los dos bloques, ni el independentista ni el constitucionalista.

Los 'comuns' apuestan por un pacto de izquierdas en el que estén ERC y el PSC, pero ningún sondeo da posibilidades de sumar a estas tres formaciones y tanto el partido de Oriol Junqueras como el de Miquel Iceta se han vetado por considerar antagónicos su proyectos políticos.

PLAZOS Y INCOGNITAS

Según la ley catalana de la Presidencia de la Generalitat, el Parlament tiene hasta el 23 de enero para constituirse, hasta el 6 de febrero para celebrar el primer debate de investidura y, si no logra elegir a un presidente, repetirlo sucesivamente con el 7 de abril de fecha límite; si no lo logran, deberían volverse a celebrar los comicios.

Otras dos incógnitas planean tras el 21 de diciembre: si, en caso de victoria de ERC, Junqueras podría ser candidato a la Presidencia pese a estar en la cárcel; y si Puigdemont y el resto de consellers huidos regresarán de Bruselas para ejercer de diputados, ante el riesgo al que se exponen de acabar también en prisión.