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Son las segundas primarias en la historia del PSOE en las que los militantes eligen secretario general. Son casi 188.000 los afiliados que pondrán fin a casi ocho meses de incertidumbre, de un PSOE descabezado. Este 21 de mayo se abre un nuevo capítulo en la historia de un PSOE en caida libre. En Ferraz ponen fin -o eso esperan- a los nueve meses más convulsos del partido.

Aunque se presentan tres candidaturas: Patxi López, Pedro Sánchez y Susana Díaz, sólo los dos últimos tienen opciones de ganar y representan cada una de ellos a las dos partes en las que está fracturado el PSOE: el proyecto más clásico de la presidenta andaluza, Susana Díaz, y la opción más radical que representa Pedro Sánchez.

El resultado de las elecciones generales del 26 de junio provocó una división en el PSOE entre aquellos que pensaban que con 85 diputados no se podía intentar formar gobierno y que era suicida someterse a unos nuevos comicios y los que, liderados por Pedro Sánchez, defendían explorar la formación de un Gobierno alternativo al PP y, si se demostraba imposible, ir de nuevo a las urnas.

La falta de acuerdo y el enfrentamiento entre los partidarios de una y otra postura se evidenció en un bochornoso Comité Federal el 1 de octubre, en el que la intención de Sánchez de convocar un Congreso extraordinario 'express' para elegir una nueva dirección del partido más cercana a sus intereses provocó un levantamiento de los barones, que concluyó con la dimisión de Sánchez después de que fuera derrotada su propuesta de adelantar el Congreso.

Ese mismo día se nombró una Gestora presidida por el presidente de Asturias, Javier Fernández, que planificó un periodo de interinidad más largo de lo normal con el objetivo de pacificar el partido y, al mismo tiempo, propiciar que la figura de Pedro Sánchez se fuera difuminando y cayera en el olvido.

Lejos de cumplirse ese pronóstico, Sánchez ha sabido erigirse en el portavoz de los militantes defraudados con el viraje que finalmente dio el PSOE --tras meses de insistencia en el 'no es no' a Rajoy-- permitiendo con su abstención una segunda legislatura con Rajoy como presidente de Gobierno.

Ocho meses de guerra abierta en el PSOE culminan hoy en unas primarias sin claro favorito

Y es que Sánchez ha conseguido convertir su derrota en aquel Comité Federal en el principal activo de su campaña. Se ha presentado con éxito como el candidato de las bases frente a los aparatos y las cúpulas del partido y ha rentabilizado a su favor la abstención para que gobernase Rajoy, sobre todo tras las últimas investigaciones de corrupción que afectan al PP.