La población española crecerá siete veces menos en la próxima década
La población española puede crecer hasta un 2,7 por ciento hasta 2020 si se mantiene las tendencias demográficas actuales, frente al 14,8 por ciento de la última década, de forma que se mantendría una tasa anual de crecimiento demográfico en los próximos años con niveles inferiores al 0,35 por ciento y en ligera tendencia decreciente, según se desprende de la encuesta 'Proyección de la Población de España a corto plazo 2010-2020', del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Después de unos años de elevado crecimiento demográfico, España alcanzaría poco más de 47 millones de habitantes en el año 2020, en caso de mantenerse las tendencias demográficas actuales. Con ello, en el periodo 2010-2019 la población residente crecería en 1,2 millones (un 2,7%), frente a los 5,9 millones de incremento (14,8%) en la primera década del siglo XXI.
125.000 AL AÑO
En promedio anual, el crecimiento demográfico sería de 124.591 habitantes, muy inferior a los 593.931 de la pasada década. Así, España habría abierto en 2009 un periodo de continuo decrecimiento del número de nacimientos, tras el máximo de 518.503 alcanzado en 2008 (cifra no observada desde 1981).
Según explica el INE, este paulatino descenso de la natalidad viene determinado por la propia estructura de la pirámide poblacional española, al estar entrando en edad fértil generaciones de mujeres menos numerosas, nacidas durante la crisis de natalidad de los 80 y primeros de los 90.
Esta evolución de la natalidad se produciría a pesar de que continuara la tendencia favorable de la fecundidad de la última década. Por tanto, el número medio de hijos por mujer alcanzaría los 1,51 en 2019, frente al 1,40 en 2009.
MATERNIDAD MEDIA A LOS 31 AÑOS
Estas mismas tendencias llevarían a una estabilización de la edad media a la maternidad en torno a los 31 años para los próximos años. A su vez, en caso de mantenerse los ritmos de reducción de la incidencia de la mortalidad actualmente observados, la esperanza de vida al nacimiento se incrementaría tanto en los varones (en 1,7 años hasta los 80,1 años) como en las mujeres (en 1,5 hasta los 86,1 años).
Al mismo tiempo, la esperanza de vida de aquellos que cumplan 65 años aumentaría en más de un año en cada sexo (hasta 19,1 años en los varones y 23,1 años en las mujeres) en los diez próximos años. No obstante, a pesar de estas continuas mejoras en la esperanza de vida, el número de defunciones de residentes en España continuaría con su tendencia creciente, a un ritmo promedio de unos 3.000 más cada año, debido al progresivo envejecimiento de la estructura de la población.
Con todo ello, el crecimiento natural de la población de España se ralentizaría paulatinamente tras haber alcanzado el máximo de los últimos 25 años en 2008 (134.305). De esta forma, la diferencia entre nacimientos y defunciones apenas superaría el saldo nulo en el horizonte de 2019 (con 6.180).
CRECIMIENTO MIGRATORIO
De acuerdo a las últimas informaciones disponibles, el flujo inmigratorio alcanzaría en 2010 un nivel cercano a los 460.000 inmigrantes, ligeramente inferior al observado en 2009. Tal cifra supondría una reducción del 54,4 por ciento respecto al millón de personas que entraron en España procedentes del extranjero durante 2007.
Además, la proyección se realiza manteniendo en un nivel constante para los próximos diez años tanto el flujo inmigratorio como la propensión de la población a emigrar al extranjero, previstos a día de hoy para 2010.
De ello resulta un saldo migratorio exterior de 684.672 personas en el periodo 2010-2019, situándose por debajo de las 80.000 personas en la casi totalidad de los años de dicho periodo.
TASA DE DEPENDENCIA
La disminución en el número anual de nacimientos haría decrecer la población de cero a cuatro años residente en España en 214.681 niños (un 8,7 por ciento) en los próximos diez años. No obstante, la evolución positiva de la natalidad en los últimos 15 años haría que la población de cinco a quince años registrase, en 2020, un incremento de 618.204 (un 12,8 por ciento) respecto a su volumen actual.
Por otro lado, el envejecimiento de la pirámide poblacional provocaría una reducción de personas en edad de trabajar (de 16 a 64 años) de casi medio millón de efectivos (un 1,6 por ciento) en diez años. Paralelamente, el grupo de edad de mayores de 64 años sería el que mostraría un incremento más notable, con 1,3 millones de personas más en 2020 (un 17,1 por ciento), alcanzando el 19,2 por ciento de la población total.
Con todo ello, la tasa de dependencia (entendida como el cociente, en tanto por ciento, entre la población menor de 16 años o mayor de 64 y la población de 16 a 64 años) se elevaría en seis puntos en los próximos diez años, hasta el 55,1 por ciento.
EVOLUCION DEMOGRAFICA POR COMUNIDADES AUTONOMAS
La reducción del flujo inmigratorio procedente del extranjero y el propio envejecimiento poblacional reduce el potencial de crecimiento demográfico en todas las regiones de España.
De hecho, la prolongación de las tendencias demográficas actualmente observadas a los próximos diez años conllevaría que se registraran decrecimientos poblacionales en cinco comunidades autónomas: Principado de Asturias (-3,2 por ciento), País Vasco (-2,0 por ciento), Castilla y León (-1,9 por ciento), Galicia (-1,6 por ciento) y La Rioja (-1,3 por ciento).
En la gran mayoría de ellas el número de nacimientos se vería claramente superado por el de defunciones. De hecho, en siete comunidades autónomas el saldo vegetativo del periodo 2010-2019 sería negativo, destacando los casos de Galicia (-108.211), Castilla y León (-92.933) y Principado de Asturias (-57.244).
En el lado opuesto se situarían Castilla-La Mancha (6,4 por ciento), Illes Balears (6,4 por ciento), Murcia (6 por ciento), la Comunidad Foral de Navarra (5,5 por ciento), Comunidad de Madrid (5,4 por ciento) y Andalucía (5 por ciento), además de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, con crecimientos poblacionales superiores al cinco por ciento en todas ellas.
En lo que se refiere al componente migratorio, de mantenerse los niveles actuales, la migración exterior tendrá una contribución al crecimiento demográfico de cada comunidad autónoma muy inferior a la registrada en años pasados.
De hecho, en el global del periodo 2010-2019 las comunidades autónomas de Cataluña, País Vasco y La Rioja presentarían un saldo exterior negativo. En los últimos años se ha observado un cambio destacado en la tendencia de los saldos migratorios interprovinciales.
Según el INE, especialmente significativos son los casos de Baleares, Cataluña, Comunidad Valenciana, Comunidad de Madrid y Canarias. Los resultados de la proyección reflejan esta tendencia.
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