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Desde la misma noche en que fue intervenido el Rey, el personal de confianza que rodea a Su Majestad fue consciente de que su viaje a Botswana a cazar elefantes iba a provocar rios de tinta. Según ha podido saber Telemadrid, al redactar el primer comunicado en el que se informaba de la intervención de Don Juan Carlos, hubo quién quiso omitir el destino del viaje. Pero, al final, se decidió que podría ser aún peor ocultar esa información. Desde el primer momento se apostó por la transparencia.

Salta la noticia, las críticas se suceden, la crisis se desata. El lunes el Rey es consciente de que debe dar la cara. Consulta con el Príncipe, clave en la gestión de ste crisis, con la Reina y con el presidente del Gobierno Mariano Rajoy. Falta concretar qué decir, cómo y cuando. Se decide que sea una disculpa pública, directa y clara, no un mensaje insititucional, y por supuesto cuanto antes. Fuentes de la Casa Real aseguran que el resultado de esta declaeración ha sido positivo.