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La nueva campaña del Gobierno contra el sector financiero ha puesto en evidencia recientes decisiones tomadas por el Ejecutivo hace apenas un mes. El vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba considera ahora injustas las remuneraciones de los banqueros. Pero hace 35 días las calicaba de moderadas "probablemente los (salarios de los banqueros) españoles son de los más discretos" asegura Rubalcaba. Ahora incluso se plantea incorporar al programa electoral del PSOE un nuevo impuesto a la banca.

La nueva postura del Gobierno coincide con algunas de las propuestas del movimiento 15M, que desde el principio centró su indignación en el sistema financiero español, llegando a ocupar varias sucursales de bancos y cajas.

Ahora el partido socialista se alinéa con esta idea. El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez aseguraba la semana pasada que "el incremento del desempleo en nuestro país tiene más que ver con el comportamiento de nuestro sistema financiero en la etapa de expansión". En la misma línea, Rubalcaba quien acusaba directamente a los bancos de la crisis: "y no pueden ahora decir que la gente firmó hipotecas sabiendo que no las podía pagar, porque se le puede preguntar que por qué las concedió".

Sin embargo, esta nueva postura supone una contradicción con la actuación política llevada en los últimos años por el propio Ejecutivo. Si nos remontamos a septiembre de 2008, el presidente Zapatero calificaba en Nueva York a nuestro sistema financiero como "el más solvente de la comunidad internacional".