El violador reincidente Antonio García Carbonell, de 76 años, el primer preso común que ha salido en libertad beneficiado por la derogación de la doctrina Parot en España, ha seguido varios programas de rehabilitación en la cárcel, pese a lo cual los técnicos no le consideran rehabilitado.
Por eso, durante los 18 años que ha permanecido en prisión, García Carbonell, vendedor ambulante de profesión, casado y con diez hijos, no ha disfrutado de ningún permiso ni beneficio penitenciario.
García Carbonell, que ha cumplido 18 de los 270 años de cárcel que había acumulado en diferentes condenas, salió ayer tarde de la prisión de Quatre Camins de La Roca del Vallés (Barcelona) después de que su abogada solicitara su excarcelación tras el fallo del Tribunal de Estrasburgo contrario a la doctrina Parot.
El violador ha salido de la cárcel con 76 años, una edad que, según fuentes judiciales, le resta posibilidades de que pueda reincidir, aunque no esté rehabilitado ni se haya sometido a la denominada castración química, pese a que sus últimas violaciones conocidas las cometió en 1995, cuando tenía 58 años.
La última condena a García Carbonell se la impuso en 1999 la Sección Quinta de la Audiencia de Barcelona, que le penó con 42 años de prisión por violar, secuestrar, robar y agredir a una pareja cerca de Olesa de Montserrat (Barcelona), hecho por el que estuvieron en prisión por error dos ciudadanos marroquíes.
Esta misma sección de la Audiencia es la que ordenó ayer la libertad del violador, nacido en Lleida en 1937, aunque era residente en Sabadell (Barcelona). El violador aceptó la pena de 42 años, una condena menor a los 56 años que solicitaba el fiscal.
En su sentencia, la Audiencia decía que el máximo de cumplimiento de la pena no podría exceder los 30 años, pese a que la condena era superior y tenía otras condenas anteriores, aunque en el año 2009 la misma Audiencia le aplicó la doctrina Parot para poder prolongar su estancia en prisión hasta el año 2025. García Carbonell también fue condenado a indemnizar a la pareja con más de 3 millones de pesetas, sobre todo por los daños morales y físicos causados a la mujer, que fue violada por dos hombres.
TODAS LAS PRUEBAS
Además del reconocimiento de los hechos por parte del violador reincidente, el tribunal disponía de la prueba de ADN que constataba que el perfil genético de la muestra de sangre del procesado era compatible con el semen hallado en las prendas de la víctima.
Esta violación la perpetró el 5 de noviembre de 1991 cuando acompañado por un individuo no identificado se acercaron, con la excusa de que eran policías, a una pareja que conversaba cerca del Instituto de Bachillerato de Olesa de Montserrat (Barcelona).
La pareja fue retenida y conducida por los agresores a un almacén cercano, donde el chico fue agredido e inmovilizado mientras García Carbonell, primero, y su compinche, después, violaron a la muchacha, además de agredirles y robarles.
La condena errónea a dos marroquíes que fueron encarcelados durante años por esta violación fue revisada y anulada por el Tribunal Supremo en el verano de 1997 ya que se pudo demostrar, mediante la prueba de ADN, que la violación fue cometida por Carbonell y no por estos dos ciudadanos acusados en un principio.
Esta violación y otras dos agresiones sexuales fueron atribuidas por error a los marroquíes Abderrazak Mounib y Ahmed Tommouch, que fueron condenados a más de un siglo de prisión y encarcelados en 1991. Mounib murió en prisión de un infarto y el otro salió en libertad en 1997.
El error se produjo en una identificación porque García Carbonell, que actuaba en compañía de otra persona que nunca ha sido identificada, guarda un extraordinario parecido físico con Ahmed Tommouch. García Carbonell ya había sido condenado a un total de 228 años de prisión por atacar y robar en 1995 a cinco parejas de novios o amigos en Santa Coloma de Cervelló, Esparreguera, Sant Feliu de Llobregat, Castellbisbal, L'Arboc del Penedés y Sant Boi.