El año 2023 ha acabado con 422 muertes por ahogamiento no intencionado en espacios acuáticos, lo que supone casi un 8 % más que en 2022 y es el peor dato desde 2019, según la estadística que realiza la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo.
Además, el dato del pasado año supone el cuarto peor registro en la serie histórica, pese a que diciembre ha experimentado un fuerte descenso, con 17 fallecimientos frente a los 29 del mismo mes del año anteriores decir.
Por segunda vez desde 2015, Andalucía vuelve a ser la comunidad autónoma con más ahogamientos, con 68, los mismos que se produjeron entonces.
En Madrid, 7 personas perdieron la vida ahogadas en espacios acuáticos.
Tras Andalucía se sitúa Cataluña, con 66 muertes, Canarias (52), Comunidad Valenciana y Galicia, ambas con 46, Baleares (32), Asturias (17), Castilla y León (16), Murcia (16), País Vasco (15), Castilla-La Mancha (10), Aragón (9), Extremadura (5) y Navarra (4), además de Ceuta (3), mientras que en Melilla no se ha registrado ningún ahogamiento.
El pasado año la playa fue el escenario donde se registró un mayor número de muertes por ahogamientos, 231 del total (54,7 %), seguido de ríos, con 63 (14,9 %) y piscinas 47 (11,1 %), mientras que 81 se produjeron en otros espacios acuáticos.
Un total de 103 de los 422 fallecimientos se dieron en lugares con vigilancia, frente a los 148 que tuvieron lugar en zonas sin vigilancia y 171 en lugares donde no procedía disponer de servicio.
El perfil de la persona muerta ahogada durante 2023 es un hombre (80,3 %), mayor de 45 años (76,5 %), de nacionalidad española (72,5 %), que pierde la vida en una playa (54,7 %) o en cualquier caso en un espacio sin vigilancia (75,6 %), entre las 10:00h y las 14:00h (31 %).El 57 % de las muertes ocurrieron en verano.