Una mujer sostiene en su regazo a un menor | ARCHIVO
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Unos 317 millones de niños y jóvenes están afectados en el mundo con discapacidades del desarrollo, recuerda hoy un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) que pide mayor atención para este colectivo.

"Fortaleciendo la asistencia a estas personas, con cobertura sanitaria universal y una promoción de ambientes de crecimiento más inclusivos, podemos garantizar que tengan los recursos y servicios necesarios para tener unas vidas sanas", destacó en la presentación del informe la directora de salud mental de la OMS Dévora Kestel.

Según las agencias de Naciones Unidas, muchos de estos millones de niños y jóvenes sufren estigmatización, prejuicios y exclusión social, encontrando barreras al acceso a los cuidados sanitarios, en ocasiones de peor calidad que los que reciben el resto de personas de su edad.

La Guardia Civil y la Fundación ONCE presentan una guía con pictogramas para personas con dificultades cognitivas

Las discapacidades del desarrollo afectan al sistema nervioso, causando problemas motores, cognitivos, de lenguaje, comportamiento y en las funciones sensoriales.

RIESGO DE MUERTE PREMATURA

Incluyen desde el autismo al trastorno por déficit de atención con hiperactividad y otros desórdenes neuronales, así como condiciones congénitas como el síndrome de down u otras adquiridas tras nacer (parálisis cerebral) o durante la infancia.

Según el informe, las personas con estas discapacidades pueden tener más alto riesgo de muerte prematura durante la infancia por problemas tales como ataques de epilepsia, ahogos, infecciones respiratorias o heridas.

Las disparidades en la salud con respecto al resto de la sociedad continúan durante la edad adulta, en la que corren más riesgo de sufrir diabetes, enfermedades cardíacas y respiratorias, o problemas mentales.

En muchas ocasiones se encuentran barreras en la sanidad como retrasos en los diagnósticos, largas listas de espera o inelegibilidad para servicios de cuidado, todo ello agravado por "falta de información, estigma y un insuficiente conocimiento del alcance de estas discapacidades", denuncian OMS y UNICEF.