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Un tribunal británico ha informado este miércoles de que una niña de tres años fue sometida a una mutilación genital femenina (MGF) llevada a cabo por una "bruja" con el consentimiento de sus padres en su vivienda en Londres.

Las lesiones de la niña salieron a la luz cuando sus padres la trasladaron a un hospital para someterse a una operación por un sangrado abundante, según el jurado. Los médicos hallaron varios cortes en los genitales de la niña.

Según el jurado del Tribunal Penal Central, los padres de la niña dijeron a la Policía que su hija resultó herida después de caer sobre la puerta de un armario cuando trataba de coger una galleta. Sin embargo, la fiscal Caroline Carberry ha indicado que los expertos "rechazaron exhaustivamente" la explicación.

"La señora me cortó. Había sangre por todas partes"

Más tarde, cuando la niña fue trasladada a un hogar de acogida, le contó a su tutora que la historia de sus padres era mentira y que se había cortado. "Ella dijo: 'mi mamá y mi papá me abrazaban. La señora me cortó. Había sangre por todas partes'".

La niña también señaló a la Policía que sus padres se dirigían a la mujer como "bruja". Tanto el padre, de 43 años, como la madre, de 37, han rechazado los cargos.

La Policía halló toallas empapadas de sangre en la vivienda de la familia, que se encuentra en el este de Londres, y un vestido azul de princesa que parecía tener manchas de sangre.

Bashier Dawlatly, quien operó a la niña, dijo que no presentaba hematomas con la lesión del impacto. "La falta de moratones hizo sospechar que esto era mutilación genital femenina. Él opinaba que se utilizó un instrumento afilado, probablemente un escalpelo", ha subrayado Carberry.

La fiscal también ha asegurado que cuando el hospital alertó a la Policía, la madre de la niña llamó por teléfono a su padre y le pidió que realizara un hechizo para silenciar a los médicos y a la Policía colocando sus nombres en una sustancia.

Los agentes que registraron la vivienda en diciembre de 2017 hallaron en el congelador dos lenguas de vaca con clavos atadas con un alambre y un cuchillo clavado entre ellas. También encontraron 40 limas y otras frutas que, al abrirlas, contenían los nombres de los agentes de Policía, un trabajador social y el director de procesos públicos.

El padre, un exingeniero de telecomunicaciones, indicó a la Policía que era musulmán y que no creía en la brujería. La madre señaló a los investigadores que nunca había oído hablar de la mutilación genital femenina.

El tribunal ha informado de que el padre viene de Ghana y la madre de Uganda. Ambos países han prohibido la mutilación genital femenina. Esta actividad es ilegal en Reino Unido desde 1985.