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Australia decidirá la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo a través de una votación por correo después de que el Senado rechazara una propuesta para convocar un plebiscito sobre la materia.

La Cámara alta no alcanzó la mayoría absoluta necesaria para aceptar someter a debate el proyecto de ley que debía servir para convocar la consulta, iniciativa que fue apoyada por 31 de los 76 legisladores que la componen.

El Senado ya rechazó en noviembre un proyecto de ley para permitir el plebiscito sobre este tipo de uniones, cuya convocatoria fue una promesa electoral del primer ministro, Malcolm Turnbull.

La decisión abre la puerta a que el gobierno conservador, convoque a la ciudadanía a emitir un voto por correo, una medida que Turnbull anunció la víspera al prever el rechazo en el Senado y que no requiere el visto bueno del legislativo.

En la consulta voluntaria a través de correo postal, las papeletas se distribuirían el 12 de septiembre y deberán ser devueltas con la respuesta el 7 de noviembre como fecha límite.

Si la ciudadanía se pronuncia a favor de la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo se espera que se legisle sobre la materia antes del 7 de diciembre, fecha en la que el Parlamento culmina sus sesiones legislativas.

Los detractores del plebiscito, entre ellos los laboristas, verdes y activistas en favor del matrimonio igualitario, consideran que un debate podría alentar la homofobia por lo que abogan porque su legalización sea decidida en el Parlamento.

Uno de los activistas, Roodney Croome, anunció hoy la presentación de un recurso ante la justicia en contra el voto postal al considerar que el Gobierno excede su autoridad ejecutiva al convocarlo.

"Vamos a presentar un recurso ante el Tribunal Superior contra el voto postal esperando que se proceda en la resolución de este asunto de la forma que siempre debió hacerse, es decir, mediante un voto libre en el Parlamento", dijo Croome a la prensa.

El activista aseguró que el voto postal no sería representativo de la población por las dudas sobre el derecho a voto de residentes en el exterior y la baja participación de jóvenes a través de este mecanismo, y que un voto favorable tampoco sería vinculante en el Parlamento.

Una reciente encuesta encargada por la organización Matrimonio Igualitario Australiano indica que un 72 por ciento de los australianos apoyan la legalización de estas nupcias, a las que se opone un sector conservador cristiano.

Australia, que acepta la unión civil en varios de sus estados, ha recibido críticas de varias organizaciones por su lentitud en la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo.

En diciembre de 2013, el Tribunal Superior anuló una ley que permitía estas bodas en el Territorio de la Capital Australiana por considerar que contravenía la Ley Federal de Matrimonios de 1961.

También han fracasado propuestas legislativas similares en el estado de Tasmania y en Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney.