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Martín Berasategui, el cocinero español más laureado por Michelin con 8 estrellas, prepara su vuelta a Madrid 25 años después de haber sido asesor gastronómico del Amparo, con dos restaurantes con conceptos que "nunca" ha tocado y con los que volverá a sus "orígenes" como cocinero.

Así lo ha explicado a Efe el cocinero vasco, que hoy ha presentado en Madrid el aceite de oliva virgen extra de El Jardín de Almayate al que avala con su firma -"en realidad la de mi padre, la que uso en todos mis proyectos para homenajearle", dice- que bajo el nombre de Bíbelo y en formato biberón para su mejor dosificación estará en los lineales de supermercados e hipermercados en breve.

Seguidor acérrimo de la Real Sociedad, en el verano de 2019 abrirá Ball Berasategui en el estadio Santiago Bernabeu.

"Las obras del restaurante van aparejadas con la obra faraónica del Bernabeu y será un espacio con 40 metros de cristalera con vistas al estadio", explica el cocinero, que a finales de 2018 abrirá también en el Hotel Velázquez de la capital.

"Son conceptos distintos que nunca he tocado, para 150 o 200 personas, modelo 'sport-elegante', que suponen volver un poco a mis orígenes como cocinero y un homenaje a anteriores generaciones", detalla quien asegura que tenía "ganas" de volver a Madrid, donde le tratan "mejor que a un rey".

Desde su etapa en el restaurante Amparo hasta ahora han pasado 25 años, ocho estrellas Michelin y mucha experiencia en sus 15 restaurantes en España y el extranjero. "Vine muy joven y ahora soy un veterano", reconoce, por eso se atreverá a debutar con un concepto "al alcance de todo el mundo, de lujos para todos", algo que no ha hecho hasta ahora y que "no es nada fácil".

Habrá una parte de su Txoko de Tenerife, de la vanguardia que lleva su sello y una revisión de sus orígenes: "Por ejemplo, mi versión de los txipirones en su tinta o de las pochas. Mi versión de 43 años de viaje en el mundo de la cocina", el que le sigue apasionando como el primer día.

Preguntado sobre la Guía Michelin España y Portugal 2018, que se presentará el 22 de noviembre en Tenerife en lo que califica la "noche de los cocineros", ha dicho que, como el resto de sus colegas, no tiene "ni la más remota idea" del reparto de estrellas que harán sus inspectores, pero "recogeremos el trabajo de un año".

Berasategui, que cree que "la manera de no perder la octava estrella es ir a buscar la novena", ha defendido la "profesionalidad" de la guía y ha pedido "respeto" para los inspectores que conceden y quitan los "brillos" porque "al igual que los cocineros, somos profesionales que vivimos para nuestro trabajo" y emiten su veredicto después de visitar los restaurantes, "no como mucha gente que habla de establecimientos sin haber ido".

También ha reconocido que la primera estrella Michelin que recibió en el restaurante que lleva su nombre en Lasarte (Guipúzcoa), le "cambió la vida", le hizo "soñar como cocinero" y sin ella no hubiera llegado a ser el cocinero de habla hispana más laureado por la guía roja.