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La Policía Nacional ha desarticulado una red integrada por ciudadanos chinos y que introducía ilegalmente a compatriotas en diversos países de Europa, en una investigación que ha durado dos años y que se ha saldado con cien detenidos.

Una operación en la que han participado también agentes británicos, franceses e italianos y en la que se ha destapado una organización criminal que traficaba con chinos y los introducía fundamentalmente en Reino Unido, Irlanda, Francia e Italia utilizando diferentes aeropuertos españoles como lugar de tránsito.

La investigación comenzó a finales del año 2013 cuando en varios aeropuertos comenzaron a producirse detenciones, cada vez con más frecuencia, de chinos que eran detectados cuando pretendían embarcar en vuelos con destino a Reino Unido e Irlanda con documentación falsa.

Poco después, los agentes lograron establecer un nexo común a todos ellos: una organización de carácter internacional formada principalmente por ciudadanos de nacionalidad china que operaba en España, Francia, Inglaterra y China y que mantenía vínculos con otras redes similares asentadas en España y otros países europeos.

La red captaban a personas que deseasen salir de China, a las que prometían llegar a cualquier país a cambio de una cantidad de dinero que podía variar en función del destino elegido y de los medios empleados para ello.