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La Policía Nacional y la Agencia Tributaria han desarticulado una organización internacional que se dedicaba al tráfico de cocaína y heroína en España en una operación que ha supuesto la detención de once personas, en su mayoría procedentes de África. Tenían su base de operaciones en la localidad almeriense de Roquetas de Mar y en el municipio madrileño de Torrejón de Ardoz desde donde coordinaban la introducción de la droga en España procedente de Sudamérica a través de correos humanos o envíos postales, según una nota de la Policía.

Durante la operación, denominada "Ébano", han sido detenidas once personas, nueve en España, una mujer en Italia y un hombre en Australia, entre los que se encuentran los "cocineros" con los que contaba la red para la extracción del estupefaciente. De los once arrestados, seis proceden de Nigeria, dos de España, uno de Ruanda, una mujer de Brasil y uno de Ghana. Además, se practicaron cuatro registros domiciliarios en las localidades de Roquetas de Mar y Torrejón de Ardoz.

Se desarrollaron actuaciones en Almería, Albacete y Madrid así como en Italia, Australia y Bolivia, en las que se intervinieron cinco kilos de cocaína, dos kilos de heroína, un kilo de sustancia para el corte, tres balanzas de precisión, cuatro ordenadores portátiles, tres tablets y veinticuatro teléfonos móviles. Las investigaciones, que comenzaron en enero de este año, permitieron determinar que, después de introducir la droga procedente de Sudamérica en España, la organización distribuía las sustancias estupefacientes a países del centro de Europa, África y Oceanía.

La trama introducía la droga procedente de Sudamérica a través de correos humanos ("mulas"), que la ocultaban bien en el interior de su cuerpo o en su equipaje, y también a través de envíos postales internacionales. En el caso de los correos humanos, la organización localizaba a personas con pocos recursos económicos, cuyo perfil y aspecto no levantaran sospechas, a las que instruían sobre cómo ingerir la droga que tenían que transportar.

Los elegidos viajaban al país donde se les iba a abastecer de la sustancia estupefaciente y, tras permanecer allí varios días como turista, regresaban a Europa con la droga en su interior, haciendo escala en distintos países, lo que incrementaba el riesgo para su vida. En el caso de envío a través de paquetería internacional, con datos ficticios de remitente y destinatario, la droga venía incorporada o mezclada con otros elementos para dificultar que pudiera ser detectada por los controles fronterizos.

Una vez en España, la organización disponía de sus propios "cocineros" para su elaboración. Durante las pesquisas, los agentes averiguaron que la red tenía previsto introducir el pasado mes de marzo una partida de cocaína desde Brasil a través de un envío postal a Albacete, lo que supuso la intervención de un paquete con 840 gramos de cocaína ocultos en productos de baño.

En el mes de junio, las investigaciones posibilitaron la detención en el aeropuerto internacional Leonardo Da Vinci de Roma de una mujer que portaba 1.520 gramos de cocaína en su equipaje. En el mismo mes, en Australia, fue detenido en el aeropuerto internacional de Coolangatta en Queensland un individuo que transportaba en su equipaje de mano dos kilos de heroína.

Asimismo, en este periodo las autoridades de Bolivia intervinieron un envío postal con destino a España, que contenía 953 gramos de cocaína impregnados en un tapete de tela. En las mismas fechas, también fue localizado y detenido en la Terminal 1 del aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas, cuando iba a realizar el embarque en un vuelo con destino a Lanzarote, un varón que portaba en el interior de su organismo 22 bellotas de cocaína.