La Policía Nacional, en colaboración con Europol y autoridades de EEUU, ha desarticulado una organización criminal dedicada al tráfico ilegal de migrantes y a la falsedad documental y ha arrestado a un total de 175 personas.
Según informó la Policía este sábado, a lo largo de los 10 meses que duró la investigación, los agentes detuvieron a 159 personas en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas por delito de falsedad documental e incautaron 168 documentos falsos.
Además, durante el operativo final desarrollado en la ciudad de Madrid, se llevó a cabo la entrada y registro en cinco domicilios e inspeccionado dos establecimientos en los que se arrestó a 16 personas más, a los que se les imputan delitos de pertenencia a organización criminal, favorecimiento de la inmigración ilegal y falsedad documental.
En los registros se incautaron 6.310 euros, 450 dólares, un vehículo, 28 documentos presuntamente falsos, 11 tapones para falsificar sellos de entrada y salida de aeropuertos, diversos dispositivos electrónicos y numerosa documentación relevante para la investigación.
30.000 EUROS POR INMIGRANTE
La red desmantelada en la provincia de Madrid, compuesta por 16 personas, favorecía la entrada y permanencia en España de migrantes en su mayoría de origen indio y nepalí, así como el tránsito hacia otros países, principalmente Méjico, siendo Estados Unidos el destino final, según indica la Policía Nacional en una nota.
Los integrantes de esta red cobraban hasta 30.000 euros a cada migrante, a los que también proporcionaban documentación falsa para eludir los controles policiales aeroportuarios. Así, se estima que durante este año la organización habría facilitado el tráfico ilegal de más de 450 personas y proporcionado más de 500 documentos falsos.
Con el dispositivo final desplegado por los agentes se ha frustrado el traslado inminente de 33 migrantes que vivían hacinados en varios “pisos patera” de Madrid. La investigación policial surgió a raíz de la detección en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas de un incremento sustancial de ciudadanos originarios de la región el Indostán que intentaban volar a México con documentación falsificada.
Ese dato, junto con información facilitada por autoridades de EEUU que alertaba de un importante aumento de ciudadanos de esa región asiática que pretendían entrar en territorio estadounidense desde México procedentes de España, puso a los agentes tras la pista de la organización criminal.
ESTRUCTURA INTERNACIONAL
Después de numerosas gestiones y pesquisas, los investigadores concluyeron que el entramado desarticulado formaba parte de una macro red criminal de estructura internacional especializada en el tráfico ilegal de inmigrantes, con organizaciones repartidas por los distintos países que conformaban el ciclo migratorio: India y Nepal como países de origen, varios países europeos y México como países de tránsito, y Estados Unidos como país de destino.
A su vez, la red también se dedicaba a la elaboración, tráfico y distribución de documentos falsos de distinta índole. La ruta migratoria empleada por los traficantes discurría por dos continentes, Asia y Europa.
El punto de partida era India y Nepal, países de origen de la mayoría de migrantes, donde las organizaciones se encargaban de su traslado vía aérea a países europeos, principalmente Serbia. Desde allí cruzaban por vía terrestre a Rumanía para después pasar por países como Hungría, Austria, Italia y Francia hasta llegar finalmente a España.
La organización asentada en España constituía el último paso del periplo europeo y el punto de partida hacia el continente americano, y contaba con infraestructura y medios para ello. Disponía de vehículos para recoger a los migrantes a su entrada a territorio español y trasladarlos a los “pisos patera” que poseían en la ciudad de Madrid, donde les ocultaban en condiciones de hacinamiento e insalubridad hasta organizar su salida hacia México.
Los traficantes llegaban a retirarles la documentación e incluso les facilitaban drogas de síntesis y psicotrópicos. En colaboración con otras células criminales afincadas en Turquía y Grecia, la red desmantelada se encargaba de elaborar y proveer a los migrantes de documentos falsos, principalmente permisos de residencia y visados de países europeos y países Schengen, para salir desde el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas hacia México.
También utilizaban documentos de identidad, pasaportes y permisos de residentes legales con los que, por medio del conocido método “look alike”, los migrantes se hacían pasar por los verdaderos propietarios en base al parecido físico existente.