El fallecimiento hoy de Cayetana Fitz-James Stuart hace que el Ducado de Alba y la mayor parte de sus títulos pasen a su hijo mayor, Carlos, que será a partir de ahora la cabeza visible de la Casa de Alba, cuya historia se remonta al siglo XV y que es una de las familias nobles más conocidas de España. En 1429 Juan II de Castilla donó la villa de Alba de Tormes al obispo Gutierre Álvarez de Toledo, con el título de señor.
Le sucedió su sobrino Fernando Álvarez de Toledo, a quien Juan II nombró en 1438 conde de Alba pero sería su hijo, García Álvarez de Toledo, el que recibiría en 1472 el título de primer duque de Alba, por concesión de Enrique IV de Castilla para reconocer así su apoyo a la corona.
El segundo duque de Alba fue Fadrique Álvarez de Toledo y Enríquez y el tercero, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, conocido como el Gran Duque de Alba y una de las figuras más destacados de la historia del siglo XVI.
Como militar tuvo un importante papel a las órdenes de Carlos V y de su hijo, Felipe II, en sus guerras por toda Europa y como gobernador de los Países Bajos, donde permaneció siete años y se ganó a pulso una reputación de tirano sangriento que aún hoy permanece en Flandes.
Le sucedieron otros siete duques hasta que llegó la primera duquesa de Alba, María Teresa Álvarez de Toledo y Haro, que ostentó el título de 1739 a 1755. Su hijo Fernando de Silva y Álvarez de Toledo fue el siguiente y le sucedió su nieta, María del Pilar Cayetana de Silva Álvarez de Toledo y Silva-Bazán, la XIII duquesa de Alba y una de las más famosas de la familia por haber sido pintada por Francisco de Goya, de quién fue musa y mecenas.
Durante años se mantuvo además que había sido la modelo elegida por Goya para dos de sus cuadros más célebres, "La maja vestida" y "La maja desnuda", aunque no hay pruebas concluyentes al respecto. La duquesa se casó, en una boda arreglada por su abuelo, con su primo José Álvarez de Toledo y Gonzaga. La idea era unir los dos ducados más poderosos de España, el de Alba de Tormes y el de Medina Sidonia, pero la falta de hijos truncó el proyecto.
Tras la muerte de su marido y hasta su fallecimiento, María del Pilar Cayetana de Silva Álvarez de Toledo y Silva-Bazán, ostentó todos los títulos inherentes a la jefatura de la Casa de Alba y los correspondientes a la Casa de Medina Sidonia, lo que hizo de ella la aristócrata con más títulos de España -56-.
Además, al morir sin sucesores, los títulos de la Casa de Alba pasaron a otra familia, a través de su sobrino Carlos Miguel Fitz-James Stuart, VII duque de Berwick y descendiente de la reina María Estuardo de Escocia.
Su hijo Jacobo Fitz-James Stuart y Ventimiglia fue el XV duque de Alba e introdujo en la estirpe un nombre que se repetiría sin cesar a partir de entonces, además de ordenar la construcción del palacio de Liria, de Madrid. Le sucedió su hijo Carlos Fitz-James Stuart y Palafox, que se casó con María Rosario Falcó y Osorio.
El hijo mayor del matrimonio sería el XVII duque de Alba y padre de la duquesa hoy fallecida, Jacobo María del Pilar Carlos Manuel Fitz-James Stuart y Falcó (1878-1953), X duque de Berwick y XVII duque de Alba, fue un importante mecenas y político, además de un gran amigo del rey Alfonso XIII.
Encargó la reconstrucción del palacio de Liria, destruido durante la guerra Civil, fue director durante más de 25 años de la Real Academia de la Historia y llegó a ser ministro de Estado durante el gobierno del general Berenger.
De su matrimonio con María del Rosario Silva y Gurtubay, nació el 28 de marzo de 1926 María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, XVIII duquesa de Alba de Tormes, XI de Berwick, XVIII de Híjar y una larga lista de títulos nobiliarios.
Ha sido la tercera mujer en ostentar este título, que ahora heredará su hijo mayor, Carlos Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart, nacido de su primer matrimonio con Luis Martínez de Irujo y Artázcoz.
UNA DE LAS FORTUNAS MÁS GRANDES DE ESPAÑA
La Casa de Alba posee una de las fortunas más grandes de España, que se ha ido incrementando a través de los siglos. Por vez primera, en octubre de 2013 su valoración entró en la lista de la revista "Forbes", que cifró su patrimonio en 3.000 millones de euros, en el octavo lugar, aunque la familia sentenció que los cálculos se habían hecho "a ojo de buen cubero".
La familia es propietaria de numerosos inmuebles y una de los mayores terratenientes del país, con numerosas fincas agrícolas que gestionan a través de varias sociedades. Posee tres palacios: el de Liria en Madrid; el de Las Dueñas en Sevilla, y el de Monterrey en Salamanca.
Cuenta además con el castillo de los Duques de Alba en Alba de Tormes, o el panteón familiar en el monasterio de la Inmaculada Concepción de Loeches (Madrid), entre otras propiedades.
Gracias a la faceta de coleccionistas de muchos de los duques de Alba, la Casa tiene gran cantidad de bienes artísticos, pinturas, esculturas o tapices, además de un importante archivo histórico, en el que se encuentran, entre otros documentos, cartas de los Reyes Católicos, los testamentos de Fernando el Católico y Felipe II o el primer cuaderno de a bordo de Cristóbal Colón.
Todo el patrimonio de la familia está gestionado por la Fundación Casa de Alba, constituida en 1976 y con sede en el palacio de Liria. Una forma de afrontar el futuro sin olvidar el pasado.