La profesora de Nutrición de la Universidad Europea, Andrea Calderón, ha advertido sobre los posibles riesgos para la salud que conlleva chupar las cabezas de crustáceos como las gambas o los langostinos, pues pueden contener ciertos compuestos perjudiciales, como metales pesados o toxinas ambientales.
"Estos mariscos son una rica fuente de minerales esenciales como el selenio, el zinc y el yodo, fundamentales para funciones antioxidantes, inmunitarias y tiroideas. Además, contienen vitamina B12, crucial para la salud neurológica, y omega-3, que aporta beneficios para la salud cardiovascular aunque la carne del cuerpo es la parte más nutritiva, la cabeza de las gambas y los langostinos acumulan ciertos compuestos que pueden ser perjudiciales ya que en esta zona se concentran metales pesados, especialmente cadmio o mercurio además de toxinas ambientales", ha explicado.
Calderón también ha recordado que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) recomienda evitar chupar las cabezas desde el año 2011, especialmente por su mayor concentración de cadmio, un metal que "podría aumentar la exposición acumulativa, lo que supondría un riesgo para la salud a largo plazo", según un comunicado de la Universidad Europea.
Aunque una ingesta ocasional no supone un riesgo "significativo", la experta ha recalcado que un consumo frecuente o en grandes cantidades "podría superar los límites seguros establecidos", dando lugar a daños en órganos como los riñones y el hígado, así como aumentando la fragilidad ósea.
"Esta exposición acumulativa podría afectar a largo plazo, especialmente a personas vulnerables como niños, embarazadas y aquellos con enfermedades renales", ha añadido, tras lo que ha dado una serie de recomendaciones para reducir la concentración de cadmio.
En ese sentido, ha expresado que hervir las gambas y los langostinos ayuda a que parte del metal se disuelva en el agua, mientras que "cocinarlas a la plancha puede concentrar grasas y, con ellas, las sustancias liposolubles, incluidos algunos contaminantes".
Por último, Calderón ha recalcado que se pueden "aprovechar los beneficios de los mariscos disfrutándolos de manera equilibrada y consciente" y como parte de la tradición, pero siempre "con moderación", pues la alimentación "no solo debe ser placentera, sino también segura".