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Científicos españoles han desarrollado una cepa del coronavirus del síndrome respiratorio Oriente Medio (MERS-CoV) que podría ser utilizada como una vacuna contra la enfermedad, según un estudio que se publicará en 'mBio', la revista digital de la Sociedad Americana de Microbiología.

El virus mutante MERS, rMERS-CoV-E, tiene una mutación en la proteína de envoltura que lo hace capaz de infectar una célula y replicar su material genético, pero carece de la capacidad de propagarse a otros tejidos y causar enfermedad. "Nuestro logro fue una combinación de la biología sintética y la ingeniería genética", ha dicho el coautor Luis Enjuanes, de la Universidad Autónoma de Madrid.

"La vacuna inyectada sólo se replicará en un número reducido de células y producirá suficiente antígeno para inmunizar al huésped", ha explicado, de forma que éste no pueda infectar a otras personas, incluso a los que están en contacto cercano con una persona vacunada.

Desde que MERS se identificó en junio de 2012, la Organización Mundial de la Salud ha notificado 108 casos de infección, incluyendo 50 muertes. Aunque el número total de casos es relativamente pequeño, la tasa de mortalidad y la propagación del virus a países más allá de Oriente Medio es alarmante para los funcionarios de salud pública.

Si el virus desarrolla la capacidad de transmitirse fácilmente de persona a persona, es posible que se produzca una epidemia mucho más generalizada. Se han descrito ensayos de diagnóstico y terapias antivirales para el MERS, pero todavía no se han desarrollado vacunas fiables.

Enjuanes y su equipo aplicaron lo aprendido durante 30 años de investigación sobre la biología molecular de los coronavirus para sintetizar un clon infeccioso de cDNA del genoma de MERS-CoV basado en una secuencia publicada. Insertaron el cromosoma cDNA viral en un cromosoma artificial bacteriano y mutaron varios de sus genes, uno por uno, para estudiar los efectos sobre la capacidad del virus para infectar, replicarse y volver a infectar células humanas cultivadas.

Las mutaciones que incapacitaron los genes accesorios 3, 4a, 4b y 5 no parecen obstaculizar el virus: los virus mutantes tuvieron tasas de crecimiento similares a las del virus de tipo salvaje, lo que indica que las mutaciones no deshabilitan el virus de forma suficiente para implementar los mutantes en una vacuna. Sin embargo, las mutaciones en la proteína de la envoltura (proteína E) permitieron al virus replicar su material genético pero impidieron que se propagara o infectara células cercanas.

Para una vacuna viva atenuada de MERS se neceistaría una gran cantidad de virus rMERS-CoV-?E, pero un virus que no se puede difundir por él mismo sería incapaz de crecer sin ayuda al volumen necesario. Enjuanes explica que proveyeron al virus de una forma de suplemento de proteína E.

"Para hacer crecer el virus, creamos lo que se llama células de empaquetamiento que expresasen la proteína E que falta en el virus. El gen que codifica esta proteína se integra en los cromosomas de la célula de forma que no se mezclará con los genes virales. Por lo tanto, en estas células y sólo dentro de ellas, el virus crecerá por apropiación de la proteína E producida por la célula", ha subrayado Enjuanes.

"Cuando el virus se administre a una persona durante la vacunación, esta persona no será capaz de proporcionar la proteína E al virus defectuoso", por lo que el virus se desvanecerá después de producir antígenos que entrenen al sistema inmune humano para luchar contra una infección por MERS-CoV.

Enjuanes dice que rMERS-CoV-?E es una vacuna muy prometedora, pero añade que queda mucho trabajo antes de que puedan comenzar los ensayos clínicos. Este experto resalta que la mutación en la proteína E que impide que el virus se propague es como un guardia de seguridad, pero la agencia norteamericana del medicamento (FDA, en sus siglas en inglés) requiere cepas de vacunas atenuadas recombinantes que incluyan al menos tres guardias de seguridad para asegurarse de que el virus no volverá fácilmente a su forma virulenta.

El equipo de Enjuanes está actualmente trabajando en la introducción de otras mutaciones incapacitantes en los genes que se encuentran en las regiones del genoma del virus que están lejos del gen de la proteína E para asegurar que el virus no puede revertir a la virulencia en un solo evento de recombinación.